El misterio de la pastafrola zombie



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Pastalandia, donde vivía una valiente y curiosa niña llamada Lucía. Un día, mientras paseaba por el bosque, escuchó extraños ruidos provenientes de una cueva oculta. Decidida a descubrir de qué se trataba, se adentró en la oscuridad.

Al llegar al fondo de la cueva, se encontró con una sorpresa inimaginable: dragones sombras zombis devorando pastafrolas. Asustada pero decidida a resolver el misterio, Lucía se acercó lentamente.- ¡Alto ahí! ¿Qué están haciendo con esas pastafrolas? -exclamó valientemente. Los dragones sombras zombis se detuvieron y la miraron con sorpresa. -Somos los guardianes de las pastafrolas mágicas, pero lamentablemente han sido infectadas por un hechizo oscuro y se han convertido en zombis.

Lucía, sin temor, propuso ayudar a los dragones sombras zombis a encontrar una manera de revertir el hechizo. Juntos, emprendieron un viaje en busca de la sabia anciana del bosque, quien les reveló que solo el fuego ancestral de la montaña forbidden podría purificar las pastafrolas zombis. Sin perder tiempo, se dirigieron hacia la montaña, enfrentando desafíos y resolviendo acertijos en el camino.

Finalmente, llegaron a la cima de la montaña y con valentía encendieron el fuego ancestral. La intensa llama purificó las pastafrolas zombis, devolviéndolas a su estado original. Los dragones sombras zombis agradecieron a Lucía por su valentía y determinación, y le regalaron una pastafrola mágica como símbolo de amistad.

De vuelta en Pastalandia, Lucía compartió la lección que aprendió: nunca hay que juzgar por las apariencias y siempre hay que estar dispuesto a ayudar a los demás, incluso a aquellos que parecen aterradores a simple vista. La historia de su valentía y bondad se convirtió en leyenda en el pueblo, inspirando a todos a ser amables y compasivos con los demás.

FIN.

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