El misterio de la paz en la escuela


En la escuela Primavera, los niños y niñas disfrutaban de aprender y jugar juntos, pero un día algo extraño sucedió. Alguien estaba causando problemas entre los estudiantes, creando conflictos y peleas. Los maestros, preocupados, decidieron buscar una solución, y fue entonces cuando la directora, la señorita Rosa, tomó una decisión.

- Niños y niñas, reuniros en el patio. Tenemos un misterio que resolver –anunció la directora con entusiasmo.

Los alumnos se miraron entre sí, intrigados. ¿Qué misterio podría ser? Una vez todos estuvieron reunidos, la señorita Rosa explicó el problema y propuso una actividad especial. Cada día, durante una semana, un grupo de estudiantes sería responsable de resolver un conflicto en la escuela. Los encargados serían elegidos por sorteo, dándoles la oportunidad de demostrar su capacidad para solucionar problemas y fomentar la paz.

El primer día, Santiago y Sofía fueron los elegidos. Ellos recibieron un conflicto que había surgido en la hora del recreo: dos compañeros se peleaban por un juguete. Los dos se acercaron a los niños en disputa y, con calma, los animaron a compartir el juguete, explicándoles que era mejor divertirse juntos que pelear por un objeto. Para sorpresa de todos, los niños aceptaron la propuesta y terminaron jugando juntos.

Los días pasaron, y cada grupo de estudiantes elegidos resolvía de manera creativa y pacífica distintos conflictos en la escuela. Ya sea un malentendido entre amigos, una discusión en la fila del comedor o una pelea en el patio, los pequeños sabían cómo encontrar soluciones justas y amigables.

Al final de la semana, la directora reunió a todos los estudiantes en el patio para compartir los resultados.

- Queridos niños y niñas, gracias a su esfuerzo, hemos logrado resolver muchos conflictos en la escuela. Han demostrado que con paciencia y empatía, podemos superar cualquier problema. Espero que sigamos practicando la resolución pacífica de conflictos en la escuela y en sus vidas.

Los niños aplaudieron, felices de haber contribuido a la armonía de la escuela. A partir de ese día, la paz y la amistad reinaron en la escuela Primavera, y todos siguieron aprendiendo y jugando juntos en un ambiente feliz y armonioso.

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