El misterio de la pirámide jaguar



En una antigua selva maya, vivían los jaguares, seres ágiles y astutos, que eran adorados por los ajolotes, pequeñas criaturas acuáticas. Los jaguares gobernaban la selva con sabiduría y respeto, y los ajolotes los admiraban por su valentía y astucia.

Un día, un grupo de humanos llegó a la selva con la intención de construir una enorme pirámide en honor al jaguar, a quien consideraban un dios.

Los jaguares y los ajolotes estaban intrigados por la construcción de esta imponente estructura. - ¿Por qué construyen una pirámide tan alta? - preguntó el líder de los jaguares, sorprendido. - Para honrar al gran jaguar, nuestro dios, y estar más cerca de él - respondió el jefe de los humanos.

Los ajolotes también estaban curiosos y se acercaron a los humanos para preguntarles sobre la pirámide. - ¿Por qué construyen esa pirámide tan grande? - inquirieron los ajolotes.

- Queremos estar lo más cerca posible del jaguar, para recibir su protección y sabiduría - explicaron los humanos.

Los jaguares y los ajolotes reflexionaron sobre la importancia que tenían para los humanos y se dieron cuenta de que, al igual que ellos adoraban al jaguar, los humanos también lo hacían, cada uno a su manera. Los jaguares decidieron ayudar a los humanos en la construcción de la pirámide, utilizando su destreza para transportar piedras y talar árboles. Los ajolotes colaboraron llevando materiales a través de los ríos.

La pirámide crecía cada día más, y los humanos, jaguares y ajolotes trabajaban juntos en armonía. Sin embargo, la selva ocultaba un misterio que sería revelado con la culminación de la pirámide.

Cuando finalmente la construcción llegó a su fin, una luz brillante iluminó la cima de la pirámide, revelando la figura de un jaguar dorado resplandeciente. - ¡Es el espíritu del jaguar que habita en la pirámide! - exclamaron los humanos, con asombro.

Los jaguares y los ajolotes comprendieron que la pirámide no estaba destinada a honrar al jaguar, sino a unir a todas las criaturas que lo adoraban. A partir de ese día, jaguares, ajolotes y humanos celebraron juntos la sabiduría y protección del gran jaguar.

La pirámide se convirtió en un símbolo de unidad y respeto entre todas las criaturas de la selva maya.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!