El misterio de la rana de Salamanca



Había una vez un duende llamado Martín que vivía en un hermoso bosque mágico. Un día, decidió salir de aventura y visitar a su amiga Martina, una niña muy curiosa que vivía en la ciudad.

Martín llegó volando hasta la ventana de Martina y la encontró leyendo un libro sobre Salamanca. "¡Hola Martina! ¿Qué estás leyendo?", preguntó el duende emocionado. "¡Hola Martín! Estoy leyendo sobre la ciudad de Salamanca.

Parece ser un lugar lleno de historia y cultura", respondió ella entusiasmada. El duende se emocionó al escuchar eso y le propuso a su amiga: "¿Qué te parece si vamos juntos a descubrir Salamanca? Seguro encontraremos cosas maravillosas".

Martina aceptó encantada y los dos amigos partieron rumbo a Salamanca. Al llegar, se sorprendieron con sus calles empedradas, sus antiguos edificios y su famosa Universidad.

Mientras paseaban por el campus universitario, vieron una estatua muy peculiar: era una rana tallada en piedra con una pequeña inscripción que decía "Si encuentras esta rana sin buscarla, tendrás buena suerte". Curiosos por saber más sobre la rana de la Universidad, Martín y Martina decidieron investigar. Preguntaron a varias personas pero nadie sabía mucho al respecto.

Hasta que se encontraron con Carmen Martín Gaite, una escritora reconocida que también estaba interesada en el misterio de la rana. "¡Hola! Soy Carmen", dijo sonriente mientras se acercaba a los dos amigos.

"He estado investigando sobre la rana de la Universidad y creo que sé dónde encontrarla. ¿Les gustaría acompañarme?"Martín y Martina asintieron emocionados y siguieron a Carmen hasta el jardín botánico de la Universidad.

Allí, entre las plantas y flores, encontraron una pequeña fuente con una rana esculpida en su centro. "¡Lo logramos!", exclamó Martín emocionado. "Pero esto no es solo una estatua", dijo Carmen. "Esta fuente representa el ODS (Objetivo de Desarrollo Sostenible) del agua limpia".

Los tres amigos se sentaron alrededor de la fuente mientras Carmen les explicaba cómo el acceso al agua potable era un derecho fundamental para todas las personas y cómo debían cuidar los recursos naturales para garantizar un futuro sostenible.

Martín, Martina y Carmen tomaron conciencia de lo importante que era cuidar el agua y decidieron difundir ese mensaje a todos sus amigos. Organizaron talleres educativos en la ciudad, repartieron folletos informativos e incluso escribieron un libro infantil sobre la importancia del agua limpia.

Gracias a su esfuerzo, más personas comenzaron a tomar medidas para preservar el agua y se crearon proyectos comunitarios para mejorar la calidad del líquido vital en Salamanca.

Martín, Martina y Carmen se convirtieron en héroes locales por su labor en favor del ODS del agua limpia. Pero lo más importante fue que aprendieron que cualquier pequeño gesto podía marcar una gran diferencia si trabajaban juntos por un objetivo común.

Y así, con alegría y esperanza en sus corazones, los tres amigos continuaron su viaje por el mundo, llevando consigo el mensaje de la importancia del agua limpia para todos.

FIN.

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