El Misterio de la Receta Robada



En un tranquilo restaurante llamado "La Sazón Encantada", famoso por su exquisita salsa secreta, ocurrió un misterioso robo que dejó a todos sorprendidos.

La receta de la deliciosa salsa había desaparecido misteriosamente una noche, y el dueño del restaurante, Don Alfredo, decidió llamar al mejor detective de la ciudad: el Inspector Salero. El Inspector Salero llegó al restaurante con su lupa y su libreta en mano, listo para resolver el caso.

Se acercó al mozito, llamado Pepe, quien servía las mesas esa noche. "Pepe, ¿tú sabes algo sobre la desaparición de la receta secreta de la salsa?", preguntó el inspector con voz firme.

"¡No sé nada, señor Inspector! Yo estaba ocupado sirviendo a los clientes toda la noche", respondió Pepe nervioso. El inspector siguió investigando y se dirigió a la cocina donde trabaja Doña Rosa, la cocinera del restaurante. Ella siempre había sido muy celosa de su receta especial y tenía acceso exclusivo a ella.

"Doña Rosa, ¿podría decirme dónde estaba usted cuando desapareció la receta?", cuestionó el detective con mirada penetrante. "Yo estaba preparando los platos en la cocina como todas las noches.

No tengo idea de lo que pasó con esa receta tan importante para nuestro restaurante", contestó Doña Rosa con tono defensivo. El Inspector Salero analizaba cada detalle en busca de pistas que lo llevaran al culpable.

Revisó minuciosamente cada rincón del restaurante hasta que encontró un pequeño rastro de harina en el bolsillo del delantal de Pepe. Con evidencia en mano, confrontó al mozito: "Pepe, encontré harina en tu bolsillo que coincide con la usada para hacer nuestra famosa salsa.

¡Confiesa!"Pepe finalmente admitió haber robado la receta para intentar venderla a otro restaurante rival. El inspector lo arrestó y devolvió la preciada receta a Don Alfredo.

Doña Rosa se sintió aliviada al saber que no era sospechosa y prometió cuidar aún más la seguridad de las recetas secretas del restaurante. Desde ese día, "La Sazón Encantada" continuó deleitando a sus comensales con su exquisita salsa gracias al ingenio y astucia del Inspector Salero.

Y Pepe aprendió una lección valiosa: nunca se debe jugar sucio por ambición personal.

FIN.

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