El misterio de la sonrisa de Fucsia
En una pequeña ciudad llamada Villa Lasaña, vivía una niña llamada Fucsia. Fucsia era una niña curiosa y alegre, le encantaba explorar y descubrir nuevas cosas. Un día, mientras paseaba por el parque bajo el cálido sol, Fucsia se encontró con un misterioso hombre vestido de nazareno. Este hombre tenía una sabiduría asombrosa y siempre llevaba una misteriosa sonrisa en su rostro.
Fucsia se acercó al hombre y le preguntó: "¿Por qué siempre sonríe, señor?" "Porque encuentro alegría en las pequeñas cosas de la vida, como el sol que calienta mi rostro y la lluvia que riega la tierra", respondió el hombre.
Intrigada por la respuesta, Fucsia decidió seguir al hombre y descubrir el secreto de su sonrisa. Durante días, lo observó ayudando a los demás, compartiendo con los más necesitados y siempre con una sonrisa en su rostro.
Un día, cuando el cielo se oscureció y la lluvia comenzó a caer, Fucsia vio al hombre nazareno corriendo para ayudar a los animales del bosque que se estaban refugiando de la tormenta. Sin dudarlo, Fucsia se unió a él y juntos salvaron a los animalitos del bosque.
Al final del día, bajo la lluvia, el hombre pronunció estas palabras: "Fucsia, la verdadera felicidad y la sabiduría se encuentran en el amor y la ayuda desinteresada hacia los demás. Esta es la razón de mi sonrisa".
Fucsia comprendió el mensaje y desde ese día, siguió el ejemplo del hombre nazareno. Ayudó a los demás, compartió su alegría y siempre llevó consigo una hermosa sonrisa.
Desde entonces, Villa Lasaña se llenó de amor, alegría y solidaridad, y todo gracias a la sabiduría del misterioso hombre y la valentía de la pequeña Fucsia.
FIN.