El misterio de la sonrisa perdida
Había una vez en el jardín de infantes del barrio una maestra llamada Sara. Aunque enseñaba arte, no era una maestra muy agradable. Siempre estaba molesta y eso ponía a las alumnas tristes. Llegaron las vacaciones de invierno y Sara les dio a sus alumnas muchos trabajos para hacer. Las niñas estaban desanimadas y no sabían qué hacer para recuperar la alegría. Fue entonces que decidieron buscar la sonrisa perdida de Sara.
Se reunieron en secreto en el aula y crearon un plan. Decidieron hacerle regalos a Sara, pequeñas obras de arte que reflejaran lo mucho que las alumnas la apreciaban. Pasaron días decorando piedras, creando tarjetas y escribiendo poemas. Cuando llegó el último día de clases antes de las vacaciones, las niñas le entregaron a Sara sus regalos.
Al principio, Sara parecía molesta, pero a medida que iba abriendo los regalos, su rostro comenzó a suavizarse. - ¡Pero qué es esto! - exclamó Sara al ver las piedras decoradas con tanto cuidado, las tarjetas llenas de colores y los poemas llenos de cariño. Las alumnas le explicaron que querían que recordara lo especial que era para ellas, a pesar de todo.
Sara, con lágrimas en los ojos, abrazó a sus alumnas. Les agradeció por el regalo y les prometió ser una maestra más amable cuando volvieran de las vacaciones. Desde ese día, Sara cambió su actitud en el aula. Comenzó a sonreír más y a ser más comprensiva con sus alumnas, quienes recuperaron la alegría y la emoción por aprender arte con su maestra.
El misterio de la sonrisa perdida se había resuelto, y el jardín de infantes volvió a ser un lugar lleno de risas y colores.
FIN.