El misterio de las bolitas mágicas



En un tranquilo pueblo de la Argentina, vivían tres niños llamados Sofía, Lucas y Mateo. Un día, mientras jugaban en el bosque cercano, encontraron unas bolitas pequeñas y brillantes esparcidas en el suelo. Intrigados, decidieron recogerlas y llevárselas a su abuelita Marta, quien era la guardiana del misterioso bosque encantado.

- Abuelita Marta, ¿qué son estas bolitas que encontramos en el bosque? - preguntó curiosa Sofía.

- Esas, mis queridos niños, son las bolitas mágicas de los duendes del bosque encantado. Cuentan las leyendas que estas bolitas contienen el amor y la magia de los duendes, y que si se siembran en la tierra, traerán prosperidad y alegría a quien las cuide con amor - explicó la abuelita Marta.

Los niños escucharon atentamente las palabras de su abuelita y decidieron ir al cocal del bosque para sembrar las bolitas mágicas junto a las plantas.

Días después, el bosque encantado se llenó de susurros y risas de duendes, quienes estaban felices de ver que los niños habían cuidado las bolitas mágicas con amor y dedicación. Bajo la luz de la luna, los duendes se comprometieron a ayudar a los habitantes del pueblo.

Por las noches, los duendes trabajaban arduamente en el cocal, haciendo que las plantas crecieran fuertes y sanas, mientras que las personas del pueblo trabajaban de día en la chacra. El resultado fue maravilloso: la chacra floreció con una abundante cosecha que llenó de alegría y gratitud a todos los habitantes del pueblo. La magia de las bolitas mágicas había cumplido su promesa.

Los niños, en compañía de la abuelita Marta, se convirtieron en los guardianes de las bolitas mágicas, asegurándose de que el amor y la armonía reinen en el bosque encantado. Desde entonces, el pueblo prosperó, y la amistad entre los seres mágicos y los humanos se fortaleció, recordándoles que el amor y la colaboración son los ingredientes esenciales para alcanzar la felicidad y el éxito.

Y así, la leyenda de las bolitas mágicas se difundió por todo el territorio, inspirando a otros a sembrar el amor y cuidar la naturaleza con cariño y respeto.

FIN.

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