El misterio de las emociones
Había una vez en la colorida ciudad de Juguetería, dos famosos detectives llamados Calderón y Ágata, que se especializaban en resolver misterios emocionales. Un día, recibieron un caso muy especial: investigar las emociones de los niños de 3 años. Se pusieron sus sombreros de detective y salieron en su flamante carro de juguete rumbo al jardín de infantes.
Al llegar, se encontraron con un grupo de niños jugando en el patio. Calderón y Ágata se acercaron a ellos con una caja llena de objetos misteriosos. -¡Buen día, amiguitos! Nosotros somos los detectives Calderón y Ágata, y estamos aquí para descubrir qué esconden sus emociones. Los niños los miraron con curiosidad mientras los detectives sacaban de la caja un montón de caritas con diferentes expresiones. -¿Quién puede decirnos cómo se siente cuando está contento? -preguntó Ágata. Los niños levantaron la mano y empezaron a compartir sus experiencias. Así, entre risas y juegos, los detectives aprendieron mucho sobre las emociones de los niños de 3 años.
Pero pronto descubrieron que uno de los niños, Mateo, parecía triste. Se acercaron a él con delicadeza y le preguntaron qué le pasaba. Mateo les contó que extrañaba a su mamá, que se había ido de viaje. Los detectives, con empatía, le explicaron que era normal sentir tristeza cuando alguien querido está lejos, y le mostraron cómo expresar sus emociones con dibujos y abrazos. Mateo sonrió tímidamente y se unió al grupo de juegos.
Después de un día lleno de descubrimientos, los detectives regresaron a su oficina con mucha información. Prepararon un divertido libro ilustrado sobre las emociones, para que los niños pudieran comprender y expresar sus sentimientos. Además, organizaron una obra de teatro con títeres para enseñarles a identificar las emociones. Los niños se divirtieron muchísimo y aprendieron a reconocer sus propias emociones y las de sus amiguitos.
Finalmente, los detectives Calderón y Ágata recibieron un gran reconocimiento de la ciudad de Juguetería por su valiosa investigación sobre las emociones de los más pequeños. Y así, entre risas, juegos y mucha complicidad, los dos detectives continuaron resolviendo misterios emocionales en su colorida ciudad.
FIN.