El misterio de las estrellas de colores


En un lugar muy lejano, en un pequeño pueblo rodeado de montañas, sucedía un fenómeno muy peculiar. Todas las noches de los martes, las estrellas del cielo comenzaban a brillar con colores brillantes y luego caían suavemente sobre la tierra. Los habitantes del pueblo estaban asombrados con este espectáculo, pero también intrigados por el misterio detrás de estas estrellas de colores.

Una niña llamada Luna, que siempre había soñado con viajar al espacio y descubrir nuevos mundos, decidió investigar el origen de estas estrellas mágicas. Con la ayuda de sus amigos, Lucas y Sol, emprendieron un viaje nocturno hacia la montaña más alta del pueblo, donde creían que encontrarían la respuesta.

- Luna, ¿crees que podamos descubrir de dónde vienen estas estrellas de colores? - preguntó Lucas con entusiasmo.

- Sí, yo estoy segura de que hay algo especial en esta montaña que nos revelará su secreto - respondió Luna decidida.

Mientras ascendían la montaña en la oscuridad de la noche, las estrellas de colores caían a su alrededor, iluminando el camino con destellos mágicos. Al llegar a la cima, descubrieron una cueva brillante y resplandeciente, llena de cristales multicolores que reflejaban la luz de las estrellas caídas.

- ¡Miren, aquí es donde nacen las estrellas de colores! - exclamó Sol emocionada.

Dentro de la cueva, encontraron a una criatura mágica llamada Estelita, quien les explicó que cada martes por la noche, las estrellas del cielo se reunían en la montaña para renovar su brillo y energía. Estelita les contó que las estrellas de colores eran portadoras de sueños y esperanzas, y que caían a la tierra para iluminar los corazones de las personas.

- ¡Qué maravilla! - exclamó Luna maravillada. - Las estrellas de colores nos recuerdan que siempre hay luz y alegría en el mundo, incluso en las noches más oscuras.

Luna, Lucas y Sol regresaron al pueblo con un mensaje de esperanza, compartiendo la historia de las estrellas de colores con todos los habitantes. A partir de ese día, cada martes por la noche, la gente salía de sus casas para observar el hermoso espectáculo de las estrellas de colores y recordar que, incluso en los momentos difíciles, siempre hay un rayo de luz que nos guía.

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