El misterio de las flores parlanchinas


Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de colinas, un niño llamado Mateo, a quien le encantaba explorar la naturaleza. Un día, mientras deambulaba por el bosque, descubrió un rincón secreto lleno de flores de colores brillantes.

Emocionado, se acercó a ellas y les dijo: "¡Hola, flores! ¿Cómo están hoy?" Para su sorpresa, las flores respondieron: "¡Hola, Mateo! Nosotras estamos muy bien, ¡gracias por preguntar!" Mateo, asombrado, preguntó: "¿Desde cuándo pueden hablar las flores?" Las flores rieron y le contaron que el hada de la naturaleza les había dado la habilidad de hablar para cuidar juntas del bosque.

Desde ese día, Mateo visitaba a las flores todos los días para escuchar sus historias y compartir las suyas. Un día, las flores le contaron sobre un problema que tenían: el agua del arroyo que las alimentaba se estaba agotando.

Mateo decidió ayudar y, con la ayuda de sus amigos del pueblo, construyó un sistema de riego para que las flores siempre tuvieran agua.

A cambio, las flores le enseñaron todo sobre la importancia de cuidar la naturaleza y cómo cada ser en el bosque cumplía un papel crucial. El bosque se llenó de vida y alegría, y Mateo aprendió una lección invaluable: todos debemos cuidar y respetar la naturaleza, pues forma parte de nosotros mismos.

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