El Misterio de las Normas de Computación



Era un viernes soleado a las 9:00 de la mañana en el Colegio San Pedro de Barquisimeto. José Ricardo, Brianna, Tobías y Victoria estaban emocionados porque ese día tenían clase de laboratorio de computación. Sin embargo, antes de entrar al laboratorio, el profesor había dejado en claro que debían respetar las normas para garantizar la seguridad de todos.

"- Todos debemos recordar las normas de laboratorio, chicos - dijo el profesor al entrar al aula. - Sin las normas, no podemos trabajar en equipo y podemos tener problemas."

Los chicos asintieron, aunque algunos estaban un poco distraídos.

"- ¡Vamos! ¡Quiero programar mi juego de carreras! - exclamó José Ricardo, saltando en su silla.

"- Sí, pero solo si seguimos las reglas - respondió Brianna, que siempre prestaba atención.

Victoria, que era muy curiosa, preguntó: "- ¿Y si no seguimos las normas? ¿Qué podría pasar?"

"- Podría haber accidentes, como que un equipo se rompa o que alguien se lastime - explicó Tobías, que leía el cartel sobre las normas en la pared. - Por eso debemos respetarlas a todos."

El profesor satisfecho con la conversación, pidió a los alumnos que se dividieran en grupos de cuatro. Todo el mundo se emocionó al comenzar a trabajar, pero pronto surgieron algunos problemas entre los grupos. José Ricardo y Tobías empezaron a discutir sobre cómo realizar su proyecto.

"- ¡Yo tengo la mejor idea! - gritó José Ricardo, mientras movía sus brazos.

"- ¡No! ¡Escucha mi propuesta! - respondió Tobías, indignado.

Brianna y Victoria se miraron preocupadas.

"- Chicos, tranquilos. Estamos aquí para aprender y trabajar en equipo - sugirió Brianna, tratando de calmar los ánimos. - ¿Qué tal si combinamos nuestras ideas?"

José Ricardo y Tobías se miraron y se dieron cuenta de que Brianna tenía razón. Después de un momento de reflexión, asintieron y decidieron trabajar juntos, combinando sus ideas. De repente, cuando pasaban a la fase de programación, la computadora de Victoria comenzó a hacer ruidos extraños.

"- ¡Oh no! ¡Se ha bloqueado! - gritó Victoria mientras presionaba los botones sin éxito.

"- Bueno, eso es porque no puedo usarla sin seguir las normas que dice que no debemos apagarla de golpe - explicó Tobías. - Deberíamos haberlo hecho correctamente."

El grupo se sintió un poco frustrado, pero luego recordaron que eran un equipo y que debían ayudar a Victoria.

"- No te preocupes, lo vamos a arreglar - le dijo Brianna, mientras buscaba en la guía de problemas comunes. - Vamos a seguir las instrucciones paso a paso."

Después de un rato, y con mucha paciencia, lograron resolver el problema de la computadora de Victoria. Al finalizar, todos estaban contentos y satisfechos con su trabajo, y todo gracias a que aprendieron a respetar las normas.

"- ¡Lo logramos! - celebró Victoria. - Gracias a todos por ayudarme."

"- Fue un gran trabajo en equipo - añadió José Ricardo.

"- ¿Se dan cuenta? Respetar las normas nos permitió salir adelante - reflexionó Tobías. - Eso significa que tenemos que seguir haciéndolo siempre."

Así, al finalizar la clase, los chicos se fueron a casa sabiendo que trabajar juntos y seguir las normas era la clave del éxito en el laboratorio de computación. Y aunque el día no empezó de la mejor manera, aprendieron una gran lección sobre la importancia de la colaboración y la seguridad.

"- Hasta la próxima clase, chicos. ¡Los veré en el laboratorio! - se despidió el profesor, sonriendo satisfecho al ver cómo habían trabajado en equipo. Y así, con los corazones llenos de alegría y aprendizaje, José Ricardo, Brianna, Tobías y Victoria regresaron a sus casas pensando en todas las cosas que todavía les quedaba por descubrir en el mágico mundo de la computación.

FIN.

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