El misterio de las palabras perdidas


Nadia y Paula eran dos amigas que iban juntas a la UTU. Un día, tuvieron una clase muy complicada de lengua en la que se sentían perdidas con las palabras y la gramática.

Después de las clases, caminaban juntas por el parque, preocupadas por la materia que tanto les costaba. De repente, vieron a un anciano sentado en un banco, con un libro muy antiguo en sus manos. En su rostro se notaba una mezcla de tristeza y curiosidad.

Las chicas se acercaron lentamente al anciano, quien al verlas, les sonrió amablemente. -Hola, ¿qué están leyendo? -preguntó Paula con curiosidad.

El anciano humildemente les mostró el libro y les explicó que era un libro mágico que contenía las palabras más poderosas y valiosas. Les contó que esas palabras se habían perdido por todo el mundo, creando confusión y dificultades para las personas. -¿Y cómo podemos encontrar esas palabras perdidas? -preguntó Nadia con interés.

El anciano les dijo que solo aquellos que estuvieran motivados en aprender y ayudar a otros podrían encontrar las palabras. Luego les indicó que debían seguir un mapa que estaba en el libro, el cual los llevaría a diferentes lugares donde encontrarían pistas para hallar las palabras.

Las chicas emocionadas comenzaron su aventura, visitando lugares como la biblioteca, la plaza, el teatro y el museo, donde tuvieron que resolver acertijos, buscar en libros antiguos y hablar con personas sabias.

Con cada pista encontrada, su conocimiento y confianza crecían más. Finalmente, llegaron a una montaña donde, luego de superar muchos desafíos, encontraron un cofre. Al abrirlo, vieron un resplandor y de repente, las palabras que habían estado perdidas aparecieron ante sus ojos.

Las chicas sintieron una gran emoción al saber que habían logrado encontrar las palabras y devolverlas al mundo. Regresaron con el anciano y le contaron todo lo que habían vivido.

El anciano les agradeció con lágrimas en los ojos y les dijo que habían demostrado ser valientes y decididas. Desde ese día, las chicas entendieron que el aprendizaje requiere paciencia, esfuerzo y determinación, pero que al final, el conocimiento trae la alegría de haber superado desafíos y la satisfacción de haber ayudado a los demás.

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