El Misterio de las Semillas
Había una vez en un hermoso jardín, un colibrí llamado Maxi y una flor llamada Violeta. Maxi y Violeta eran grandes amigos, les encantaba jugar y descubrir los misterios de la naturaleza juntos.
Un día, mientras revoloteaba de flor en flor, Maxi notó que algunas semillas caían al suelo. Intrigado, decidió investigar. "Violeta, ¿sabías que estas semillas son la clave para que nuevas flores crezcan en el jardín?" le preguntó Maxi a su amiga.
"¡Vaya! No tenía idea, Maxi. ¿Pero cómo funciona eso?", respondió Violeta con curiosidad. Maxi, que había estado investigando, le explicó a Violeta que las semillas contenían toda la información necesaria para crecer y convertirse en una nueva planta.
Emocionados por este descubrimiento, decidieron plantar algunas semillas juntos. Con cuidado, cavaron pequeños agujeros en la tierra, depositaron las semillas y las cubrieron con suave tierra. Durante varios días, Maxi y Violeta regaron las semillas y les dieron la luz del sol que necesitaban.
Poco a poco, observaron cómo las semillas germinaban y se convertían en brotes verdes. Con el tiempo, los brotes crecieron y se convirtieron en hermosas flores, llenando el jardín de colores y fragancias.
Maxi y Violeta se sintieron orgullosos de haber contribuido a la belleza y la vida del jardín. A partir de ese día, siguieron sembrando semillas juntos, maravillándose con el milagro de la naturaleza.
Descubrieron que, al igual que ellos, cada semilla tenía un potencial especial para convertirse en algo increíble. Y así, entre juegos y risas, Maxi y Violeta aprendieron una gran lección: que en cada pequeña semilla hay un misterio maravilloso esperando a ser descubierto.
FIN.