El misterio de los árboles del parque



En la escuela primaria del pequeño Martín, todo el mundo estaba emocionado por la excursión al parque. Los niños iban a pasar el día al aire libre, explorando la naturaleza y divirtiéndose.

Martín y su amigo Tomás estaban especialmente entusiasmados por el paseo. - ¡Estoy listo para encontrar tesoros escondidos en el parque! - exclamó Martín. - Yo quiero ver si hay algún árbol mágico - dijo Tomás con una sonrisa traviesa.

Una vez en el parque, los niños corrían y jugaban alrededor de los árboles. De repente, Martín tropezó con una raíz saliente y cayó al suelo. Al levantarse, vio un pequeño árbol solitario en una esquina del parque, rodeado de una extraña aura brillante.

- ¡Miren ese árbol! ¡Es mágico! - gritó Tomás señalando hacia él. Los niños se acercaron asombrados. Martín tocó la corteza del árbol y de repente, algo mágico sucedió.

El árbol comenzó a brillar intensamente y de sus ramas empezaron a caer pequeñas hojas de colores brillantes. - ¡Es un árbol de deseos! - exclamó Martín emocionado. Los niños se miraron sorprendidos. Martín explicó que, según una antigua leyenda, el árbol de deseos concedía un deseo a aquellos que creían en su magia.

Los niños se emocionaron y comenzaron a formular sus deseos. Cada uno pidió algo especial. Sin embargo, Martín recordó una enseñanza de su abuelo: "Los deseos pueden ser mágicos, pero también es importante esforzarse por lograr lo que queremos."

Compartió esta reflexión con sus amigos, y juntos decidieron dejar que el árbol mágico los inspirara a trabajar duro para hacer realidad sus deseos. Regresaron a la escuela con el corazón lleno de determinación.

A lo largo de los días siguientes, los niños emprendieron pequeñas acciones para acercarse a sus deseos: ayudar a sus compañeros en clase, cuidar el medio ambiente y practicar deportes para estar sanos y fuertes.

Con el tiempo, descubrieron que cuando se esforzaban por alcanzar sus metas, se sentían realizados y felices. Aquel día en el parque les había enseñado que, aunque la magia existía en el mundo, el verdadero poder estaba en sus propias manos.

El árbol mágico se convirtió en símbolo de inspiración y esfuerzo para todos los niños del colegio, recordándoles que sus deseos podían hacerse realidad si trabajaban por ellos.

FIN.

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