El misterio de los chocolates desaparecidos



En la escuela del Bosque Encantado, los alumnos de segundo preescolar estaban emocionados por la llegada del Día del Chocolate. Todos los niños esperaban con ansias compartir sus chocolates favoritos con sus amigos.

Sin embargo, una mañana, al llegar a la escuela, descubrieron que todos los chocolates habían desaparecido misteriosamente. La alarma se propagó rápidamente entre los pequeños, y decidieron formar un equipo para resolver el enigma. Sofía, Juan, Martina y Tomás se unieron como los intrépidos investigadores del caso.

"¡Debemos encontrar a los culpables de este robo!" dijo Sofía con determinación. "¡Sí, nuestros chocolates no pueden simplemente desaparecer!" agregó Juan. Los pequeños detectives empezaron a buscar pistas por toda la escuela.

Descubrieron migas de chocolate en el patio, huellas sospechosas en el aula de música y envoltorios vacíos en la biblioteca. Decidieron interrogar a los sospechosos: el Conejo Saltarín, la Tortuga Filomena y el Hada Azul. Sin embargo, ninguno de ellos había robado los chocolates.

Justo cuando parecía que estaban en un callejón sin salida, Tomás recordó algo importante: su abuela solía contarle sobre el duende travieso que vivía en el bosque cercano.

Los niños se dirigieron hacia el bosque sin dudarlo, y entre los árboles encontraron al duende, con la cara llena de chocolate y rodeado de envoltorios. "¡Así que tú eres el ladrón de chocolates!" exclamaron los niños sorprendidos.

El duende, avergonzado, les explicó que le encantaban los chocolates, pero que nunca había probado uno y que simplemente no pudo resistirse. Los pequeños detectives le explicaron que tomar cosas sin permiso está mal, pero también le mostraron cómo podía conseguir sus propios chocolates de una manera adecuada.

Una vez resuelto el misterio, los niños regresaron a la escuela, donde compartieron sus propios chocolates con el duende. A partir de ese día, todos aprendieron la importancia de compartir y de ayudar a quienes cometen errores.

Y el Día del Chocolate se convirtió en una celebración aún más especial, porque todos aprendieron que la verdadera dulzura está en compartir con generosidad.

FIN.

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