El misterio de los esteros del Iberá



En los hermosos esteros del Iberá, un lugar repleto de vida, se encontraban Lucero, Juan Pablo y Esme, tres amigos aventureros que ansiaban descubrir los secretos de la naturaleza.

Un día, mientras exploraban entre las frondosas palmeras, se toparon con un oso hormiguero llamado Rufino, el cual les contó sobre un misterio que acechaba en la selva. - ¿Qué misterio, Rufino? - preguntó curioso Juan Pablo.

- Hay algo extraño que sucede en la selva, algunas plantas han comenzado a marchitarse y mi amigo el guacamayo Antonio ha desaparecido misteriosamente – respondió el oso hormiguero. Decididos a ayudar, los amigos emprendieron una búsqueda por la selva.

En su camino se encontraron con un majestuoso yaguareté llamado Mateo, quien les advirtió sobre los peligros que acechaban en la selva, pero los jóvenes no se amilanaron y continuaron con su misión. Tras una intensa búsqueda, encontraron al guacamayo atrapado en una red, la cual lograron liberarlo.

Antonio les contó que había visto a unos humanos dañando las plantas y atrapando a los animales. Determinados a detener a los invasores, decidieron pedir ayuda a los guardaparques del Iberá. Juntos elaboraron un plan para proteger la selva y capturar a los intrusos.

Gracias a su valentía y trabajo en equipo, lograron detener a los cazadores furtivos y proteger la flora y fauna del Iberá.

Los amigos se convirtieron en héroes de la selva, y desde ese día, se comprometieron a cuidar y conservar la naturaleza, asegurándose de que la belleza de los esteros del Iberá perdure para siempre.

FIN.

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