El misterio de los esteros del Iverá
En los esteros del Iverá, un hermoso lugar en el noreste argentino, vivía un oso hormiguero llamado Benito. Benito era muy curioso y siempre se preguntaba qué secretos escondían los esteros.
Un día, mientras exploraba el bosque de palmeras, se encontró con un colorido guacamayo llamado Martín. - ¡Hola, Benito! ¿Qué te trae por aquí? - dijo Martín con entusiasmo. - Hola, Martín. Siempre he sentido que los esteros guardan un misterio, y hoy he decidido descubrirlo - respondió Benito.
Juntos, se adentraron en la espesura, pero de repente escucharon un rugido. Era el yaguareté, el rey de los esteros. - ¿A dónde creen que van? - preguntó el yaguareté con voz imponente.
Benito y Martín temblaban de miedo, pero el yaguareté notó su curiosidad sincera y decidió ayudarlos. - Si quieren conocer el secreto de los esteros, deben seguir las pistas que encontrarán entre las palmeras. Los amigos agradecieron al yaguareté y se dispusieron a buscar las pistas.
Descubrieron huellas, misteriosos símbolos en los árboles y escucharon cantos de aves que los guiaban. Al final, llegaron a una hermosa laguna oculta.
Allí, aprendieron que los esteros del Iverá eran un tesoro natural protegido, hogar de innumerables especies que dependían de su conservación. Con valentía y amistad, Benito y Martín ayudaron a difundir la importancia de cuidar los esteros.
Desde ese día, se convirtieron en guardianes de ese maravilloso lugar, velando por su preservación y compartiendo su historia con todos los animales de la región.
FIN.