El misterio de los juguetes perdidos



En la escuela "Rayito de Sol" todos los días, después del recreo, los niños se reunían en el patio para jugar. Había juegos de todo tipo: fútbol, escondidas, rayuela y hasta carreras de sacos.

Pero un día, algo extraño sucedió. Los juguetes del patio desaparecieron misteriosamente. La directora, la señorita Marta, reunió a todos los niños en el salón y les contó lo que había pasado. Todos estaban sorprendidos y tristes.

Sin los juguetes del patio, no sabían qué hacer durante el recreo. -¡No podemos quedarnos sin jugar! -exclamó Sofía, una niña muy activa y creativa-. ¡Debemos encontrar una solución! Los niños comenzaron a pensar en ideas para poder seguir divirtiéndose durante el recreo.

Fue entonces cuando Tomás tuvo una brillante idea. -¡Ya sé! Podríamos inventar nuestros propios juegos con cosas que tengamos a mano -propuso Tomás emocionado.

Todos los niños se entusiasmaron con la idea y comenzaron a buscar objetos que pudieran utilizar para crear nuevos juegos. Encontraron cuerdas para saltar, palos para hacer carreras de postas y hasta tapitas de gaseosas que podían usar como fichas para jugar al avión.

Así fue como cada día, antes de salir al patio, los niños se juntaban en un rincón del salón para planificar qué juego iban a inventar ese día. Descubrieron que podían divertirse mucho más usando su imaginación y creando sus propias reglas.

Un día decidieron organizar un torneo de malabares con pelotas hechas con medias y arroz. Fue tan divertido que incluso la señorita Marta se animó a participar. Poco a poco, los niños fueron dándose cuenta de que no necesitaban tener juguetes sofisticados para pasarlo bien.

Lo importante era estar juntos, compartir momentos de alegría y aprender a trabajar en equipo. Finalmente, luego de varias semanas sin los juguetes del patio, un grupo de padres decidió donar nuevos juegos para la escuela "Rayito de Sol".

Los niños recibieron con alegría estos regalos pero también siguieron disfrutando de sus creaciones hechas con tanto amor y creatividad.

Y así aprendieron que las mejores aventuras surgen cuando uno pone en marcha su imaginación y trabaja en equipo con amigos llenando sus recreos patios necesidades

FIN.

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