El misterio de los mensajes dulces



Había una vez un niño llamado Santiago, quien amaba ver la televisión todo el día y comer chocolate sin parar. Él no tenía mucho interés en estudiar y siempre evitaba hacer sus tareas escolares.

Un día, mientras disfrutaba de su programa favorito, Santiago notó que algo extraño estaba sucediendo con el televisor. De repente, la pantalla se volvió negra y las letras comenzaron a aparecer en ella: "Santiago, necesitas estudiar para tener éxito en la vida".

Santiago estaba sorprendido por lo que acababa de ocurrir. Sin embargo, decidió seguir viendo televisión como si nada hubiera pasado. Pero entonces, algo aún más extraño ocurrió cuando abrió una barra de chocolate.

En lugar de encontrar chocolate dentro del envoltorio, encontró un papel que decía "Santiago, debes prestar atención en clase y trabajar duro para lograr tus objetivos". A pesar de todas estas señales que recibió, Santiago todavía no estaba convencido de que necesitara estudiar para tener éxito.

Pero eso cambió cuando llegó a casa después de un día difícil en la escuela. Su mamá le preguntó cómo le había ido ese día y él respondió: "Terriblemente mal".

Entonces ella le dijo: "¿No crees que si prestas más atención en clase y te esfuerzas un poco más podrías mejorar?"Estas palabras resonaron profundamente con Santiago y finalmente entendió lo importante que era estudiar para alcanzar sus metas. Así comenzó su aventura educativa.

Estudiando cada noche después del colegio y dedicándose a completar sus tareas escolares antes de ver televisión o comer chocolate. Poco a poco, Santiago comenzó a mejorar en la escuela y se dio cuenta de que su esfuerzo estaba dando sus frutos.

Se sentía más seguro y feliz consigo mismo. Un día, mientras estudiaba para un examen importante, Santiago notó algo extraño en su televisor.

La pantalla se iluminó con letras grandes y brillantes que decían: "Santiago, ¡lo lograste! ¡Eres un gran estudiante!"Santiago sonrió al ver esto y supo que todo su esfuerzo había valido la pena. Desde entonces, siguió dedicándose a estudiar y siempre recordaba las lecciones que aprendió gracias al televisor y el chocolate.

Y así termina nuestra historia. Una historia inspiradora que nos enseña lo importante que es trabajar duro para alcanzar nuestras metas.

FIN.

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