El Misterio de los Zombis
Era un día soleado en la escuela primaria Don José, donde la Clase 5D, guiada por la querida Profe Ana, se preparaba para su día de actividades. Los chicos estaban emocionados porque esa tarde tendrían un taller de arte. Sin embargo, un misterioso ruido provenía del aula contigua, lo que despertó la curiosidad de todos.
- ¿Escucharon eso? - preguntó Luca mientras acomodaba sus lápices.
- Sí, suena raro - respondió Sofía con los ojos muy abiertos.
- Vamos a investigar - sugirió Tomi, siempre con su espíritu aventurero.
La Profe Ana, al escuchar el bullicio, se acercó a la mesa de los chicos.
- ¿Qué pasa, chicos? - preguntó con una sonrisa.
- Profe, escuchamos un ruido raro. ¿Podemos ir a ver? - dijo Clara emocionada.
La Profe Ana dudó, pero con su característico optimismo, decidió acompañarlos. Juntos, se acercaron al aula contigua, donde descubrían que la puerta estaba entreabierta.
- ¡A ver, a ver! - dijo Lucas mientras empujaba la puerta con cuidado.
Al abrirla, se encontraron con una escena sorprendente: una serie de dibujos espeluznantes decoraban las paredes del aula, y en el centro, un grupo de títeres de colores extraños tenían una pinta nada amistosa.
- ¡Son unos zombi-títeres! - exclamó Sofía atónita.
- Son graciosos, pero ¡me dan miedo! - dijo Clara tapándose la boca.
De repente, uno de los títeres movió los brazos y los chicos gritaron sorprendidos. La Profe Ana se rió, explicando que era solo un mecanismo que hacía que los títeres se movieran, y les propuso un reto:
- ¿Qué tal si los ayudamos a que se vean más amistosos? Podríamos hacer unos nuevos que sean creativos y divertidos, sin miedo.
Todos se animaron, y comenzaron a trabajar con papel, pintura y muchos brillos. Sin embargo, mientras estaban en su tarea, el ruido misterioso regresó, pero ahora parecía más fuerte.
- Esto es raro - dijo Tomi. - ¿De dónde viene?
Y de repente, un viento helado sopló a través del aula, y algo apareció detrás de los títeres... ¡Un libro antiguo! La Profe Ana lo recogió y, al abrirlo, descubrieron que era un antiguo manual sobre la historia del arte y los títeres.
- ¡Miren esto! - exclamó. - Este libro dice que cada títere tiene una historia que contar. Debemos descubrir la historia de estos zombis.
Los chicos, llenos de curiosidad, comenzaron a buscar pistas en el libro. Así, formaron grupos y se sumergieron en la lectura. Empezaron a descubrir que los títeres habían sido creados por un artista que había amado tanto su trabajo, que al final había olvidado hacer títeres alegres.
- ¡Pobre artista! - dijo Clara compasiva. - Parece que se olvidó de la importancia de hacer a los demás felices.
- ¡Podemos ayudarlo! - dijo Sofía, entusiasmada. - Si creamos nuevos títeres, tal vez se sienta mejor.
Así fue que comenzaron a diseñar y hacer unos títeres alegres y amistosos, llenos de colores brillantes. Juntos, hicieron un gran espectáculo con sus nuevos personajes y al final, los chicos no solo habían transformado los viejos títeres, sino que también aprendieron sobre el arte de contar historias y cómo la alegría puede transformar lo que parece aterrador.
- ¡Miren cómo bailarían en la fiesta de los títeres! - exclamó Luca, mientras todos reían y disfrutaban de su creación.
- Este es solo el principio de nuestras aventuras con el arte - dijo la Profe Ana. - Recuerden, cada uno de ustedes tiene el poder de cambiar algo que parece malo, en algo increíblemente bueno.
Y así, la Clase 5D no solo se divirtió, sino que también aprendió a ver más allá de las apariencias. El artista del pasado, ahora con sus nuevos y coloridos amigos, seguramente sonreía al ver lo que habían logrado.
Al final del día, más que un taller de arte, la Clase 5D había vivido una verdadera aventura de descubrimiento y transformación, llenando su escuela de colores y risas.
- ¡Aventura completa! - gritó Tomi, mientras todos aplaudían emocionados.
Y así, el aula se llenó de sonrisas, risas y, sobre todo, amistad.
FIN.