El misterio de Solveg y la manzana de la escuela de brujas
Había una vez en un remoto pueblo de brujas, una joven curiosa llamada Solveg.
Solveg siempre había sentido una extraña fascinación por las manzanas, y en su escuela de brujas, cada estudiante tenía que traer algo especial para mostrar en la feria anual de talentos. Solveg decidió llevar una manzana como su proyecto. Pero no era una manzana común y corriente, era una manzana mágica que había crecido en un árbol especial en el bosque encantado.
Solveg cuidó la manzana con cariño, observando cómo brillaba con un resplandor tenue. La noche antes de la feria, Solveg colocó la manzana en un delicado cuadro que había decorado con brillantes colores y símbolos mágicos.
Estaba emocionada por mostrar su creación a sus compañeras brujas. Cuando llegó el día de la feria, Solveg llevó su cuadro con la manzana al escenario. Las brujitas estaban asombradas por la belleza de la manzana y los brillos que emanaban de ella.
Pero, de repente, ocurrió algo inesperado. La manzana comenzó a brillar intensamente, llenando la sala con una luz cegadora. Las brujas se miraron entre sí, asustadas y sorprendidas.
Solveg, sin saber qué hacer, cerró los ojos y comenzó a recitar un antiguo hechizo que su abuela le había enseñado. La luz disminuyó lentamente y, cuando Solveg abrió los ojos, descubrió que la manzana se había transformado en un hermoso árbol de manzanas con frutos resplandecientes.
Las brujas estallaron en aplausos y vítores, maravilladas por el asombroso don de Solveg.
Desde ese día, el árbol de manzanas de Solveg se convirtió en un símbolo de esperanza y magia en la escuela de brujas, recordándoles a todos que, con amor y valentía, incluso lo imposible puede volverse posible.
FIN.