El misterio del ágil colibrí



Era una hermosa mañana en la selva de Pajarito Verde, donde los árboles se mecían al compás de una suave brisa. Las flores brillaban con colores vibrantes, y los animales se preparaban para comenzar su día. Entre ellos se encontraba un pequeño colibrí llamado Coti, que tenía plumas iridiscentes y un corazón curioso.

Coti siempre había sido un aventurero. Sin embargo, esa mañana, algo inusual captó su atención. Un leve susurro se escuchaba entre las hojas. Decidido a descubrir el origen del misterio, voló ágilmente hacia el sonido.

- “¡Ayuda! ¡Ayuda! ” - gritaba una pequeña tortuga llamada Lila.

- “¿Qué sucede, Lila? ” - preguntó Coti, posándose a su lado.

- “Me quedé atrapada aquí, las hojas me cubrieron y no puedo salir” - respondió la tortuga, asustada.

Sin dudarlo, Coti usó su pequeño pico para despejar las hojas.

- “¡Gracias, Coti! ¡Eres muy rápido como un rayo! ” - exclamó Lila al liberarse.

- “Pero, ¿por qué estabas tan preocupada? ” - inquirió Coti, curioso.

Lila miró a todos lados con un brillo en sus ojos.

- “Escuché el rumor de que hay un lugar mágico en la selva, donde los colibríes pueden encontrar el néctar más dulce. Quería llegar a ese lugar, pero me perdí” - confesó.

Coti sonrió, su corazón palpitaba ante la emoción de una nueva aventura.

- “Voy a ayudarte a encontrar ese lugar mágico, Lila. ¡Seremos un gran equipo! ” - ofreció.

Juntos, se adentraron en la jungla. El sol brillaba a través de los árboles, creando sombras danzantes en el suelo. Pero, tras un par de horas, empezaron a sentirse un poco desorientados.

- “Coti, creo que estamos perdidos” - dijo Lila, preocupada.

- “No te preocupes, ¡siempre hay una solución! ” - animó Coti. Se detuvo a pensar y recordó unas flores que solía visitar.

- “Debemos buscar las flores de miel. Allí siempre hay colibríes, ellos conocen el camino” - sugirió.

Caminaron por senderos desconocidos, y en cada paso, Coti observaba atentamente. Finalmente, llegaron a un claro lleno de flores doradas.

- “¡Mirá Lila! ¡Todo esto es un festín de néctar! ” - exclamó Coti, emocionado.

Pero antes de que pudieran disfrutar, un grupo de colibríes apareció. Uno de ellos, un colibrí elegante llamado Rufus, se acercó.

- “¿Qué hacen aquí, pequeños? ” - preguntó con curiosidad.

- “Estamos buscando el lugar mágico que tiene el néctar más dulce” - respondió Lila.

Rufus se rió suavemente.

- “El néctar dulce está por todos lados, solo hay que saber mirar. Pero, ¿saben dónde está? ” - inquirió.

Coti, pensando rápidamente, dijo:

- “¡En las flores de miel! ¡Por eso venimos aquí! ”

Rufus se sorprendió y miró a sus amigos.

- “¿Quieren que les enseñemos el camino? Pueden volar con nosotros y ver el lugar mágico desde el cielo” - ofreció.

Los ojos de Coti y Lila brillaron de felicidad.

- “¡Sí, sí! ” - gritaron al unísono.

Volaron en grupo y, desde lo alto, Lila quedó maravillada.

- “¡Guau, nunca había visto la selva así! ” - dijo, asombrada.

Finalmente, llegaron a un lugar donde el néctar fluía como un río, entre flores de colores impossibles de imaginar. Los colibríes danzaban alrededor, felices de compartir con sus nuevos amigos.

- “Este es el lugar mágico que buscabas, Lila” - le dijo Coti mientras tomaban unas gotas de néctar.

Lila, con su pancita llena de alegría, sonrió.

- “No solo encontramos el néctar dulce, también encontramos nuevos amigos” - comentó, mirando a Coti y Rufus.

- “Siempre es mejor compartir aventuras” - añadió Coti, mientras volaban juntos bajo el brillante sol.

Así, el misterio del ágil colibrí se transformó en una historia de amistad y trabajo en equipo. Y aunque la selva estaba llena de caminos desconocidos, siempre había una nueva aventura esperando por ser descubierta juntos.

FIN.

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