El misterio del agua desbordada



En un pequeño y pintoresco pueblo, donde las casas tenían colores brillantes y un bosque verde se perfilaba al fondo, vivían Ana y Marta, dos amigas inseparables. Un día, mientras jugaban, un estruendoso sonido las hizo correr hacia la casa de Marta. Allí descubrieron que la tienda de la señora López tenía agua saliendo por la puerta. Sin dudarlo, Ana y Marta corrieron hacia la tienda y encontraron a la señora López tratando de sacar el agua.

- ¡Señora López, ¿qué pasó? - preguntó Marta, preocupada.

La señora López explicó que una tubería se había roto y que el agua estaba inundando la tienda. Ana y Marta se miraron, decididas a ayudar.

Juntas, buscaron cubos y comenzaron a sacar el agua. Mientras trabajaban, Ana tuvo una idea.

- ¡Esperen aquí, ya vuelvo! - dijo, corriendo hacia su casa. Regresó con una vieja manguera que encontró en el garaje.

- ¿Qué vas a hacer con eso? - preguntó Marta, curiosa.

- Verás - respondió Ana con una sonrisa.

Unieron la manguera a un grifo cercano y comenzaron a sacar agua de la tienda con mucho más rapidez. Poco a poco, el nivel del agua bajaba, y la sonrisa de la señora López volvía a aparecer.

- ¡Muchas gracias, niñas! ¡Han sido de gran ayuda! - agradeció la señora López, emocionada.

Los días pasaron y Ana, Marta y la señora López se convirtieron en un equipo imparable. Juntos, encontraron soluciones creativas para mejorar el pueblo, como organizar limpiezas o arreglar jardines descuidados. Aprendieron que, trabajando en equipo y usando la creatividad, podían resolver cualquier problema que se presentara.

Y así, el pequeño y pintoresco pueblo se convirtió en un lugar donde la amistad, la creatividad y la solidaridad reinaban para siempre.

FIN.

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