El misterio del aguacate asesinado



En una colorida feria de frutas y verduras, se celebraba la fiesta anual en honor a la cosecha abundante. Había sandías sonrientes, zanahorias saltarinas, manzanas juguetonas y muchos otros alimentos felices compartiendo risas y bailes.

Pero de repente, un grito horroroso resonó en el aire festivo.

Todos los presentes se giraron para ver lo que pasaba y quedaron petrificados al descubrir el cuerpo del pobre aguacate partido en dos mitades, con su hueso expuesto como prueba del atroz crimen. La berenjena detective fue la primera en llegar a la escena del crimen. Con su lupa morada y su sombrero de detective, comenzó a investigar sin perder un segundo.

Todos los alimentos estaban consternados por lo ocurrido y ansiosos por encontrar al culpable de semejante acto. "¡Necesitamos resolver este misterio cuanto antes! ¿Alguien vio algo sospechoso?", preguntó la berenjena detective con determinación.

Las uvas conversadoras confesaron haber visto a alguien merodeando cerca del puesto de los cuchillos poco antes del terrible hallazgo. La zanahoria saltarina recordó haber visto a un limón amargado con expresión maliciosa rondando por allí también. Con estas pistas, la berenjena decidió interrogar al limón amargado primero.

Lo encontró escondido detrás de unas papas asustadas y lo presionó para que confesara. "¡Sí, fui yo!", admitió el limón entre lágrimas ácidas. "Estaba celoso de la popularidad del aguacate y quería arruinar su momento".

El limón fue llevado ante todos los alimentos reunidos, quienes lo miraban con decepción por haber cometido semejante acto cruel. La berenjena detective explicó que no está bien sentir envidia ni dañar a otros solo porque tienen éxito.

"Todos somos diferentes y únicos en nuestra propia forma", dijo la berenjena sabiamente. "En lugar de sentir celos, deberíamos celebrar las cualidades especiales de cada uno". El limón amargado entendió su error y pidió disculpas sinceras al aguacate y a todos los presentes.

La fiesta continuó con música, baile y risas restauradas entre las frutas y verduras reconciliadas. Desde ese día, aprendieron a valorarse mutuamente por lo que eran sin intentar cambiar o lastimar al otro por sus diferencias.

Y así, la feria anual se convirtió en un recordatorio de amor fraternal y aceptación entre todos los alimentos del mercado.

FIN.

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