El misterio del almuerzo perdido



En la pintoresca comunidad de Urpay vivían dos niños, Martina y Tomás. Todos los días, a la hora del almuerzo, Martina y Tomás se preparaban para disfrutar de una deliciosa comida en la casa de sus abuelos. Sin embargo, siempre se perdían en el camino, lo que los dejaba sin poder compartir ese momento especial con sus seres queridos.

Un día, decidieron resolver el misterio. '¡Martina, debemos encontrar una manera de llegar a tiempo al almuerzo!', exclamó Tomás con determinación. Así que juntos, idearon un plan. Decidieron dibujar un mapa con colores brillantes que mostrara el camino desde su casa hasta la de sus abuelos. Durante varios días, se dedicaron a explorar cada rincón de Urpay, marcando en el mapa los puntos de referencia que les ayudarían a orientarse.

Después de mucho esfuerzo y trabajo en equipo, finalmente completaron el mapa. Estaban emocionados por probarlo al día siguiente. Al siguiente almuerzo, tomaron su mapa y se aventuraron por las calles de la comunidad. Para su sorpresa, el mapa los guió perfectamente y llegaron a la casa de sus abuelos a tiempo para disfrutar de una comida deliciosa y divertida con toda la familia. A partir de ese día, nunca más volvieron a perderse.

Martina y Tomás aprendieron que trabajando juntos, podían superar cualquier desafío. Su determinación y perseverancia les ayudaron a resolver un problema que parecía imposible. Desde entonces, se convirtieron en expertos exploradores de Urpay, siempre dispuestos a ayudar a los demás a encontrar su camino.

El misterio del almuerzo perdido se convirtió en una divertida aventura que fortaleció la amistad y el espíritu de trabajo en equipo de Martina y Tomás, enseñándoles que con valentía y creatividad, podían superar cualquier obstáculo.

FIN.

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