El Misterio del Arcoíris
Era una hermosa tarde de primavera cuando Luly, la pequeña y tierna abejita, salió de su colmena con una gran sonrisa. El sol brillaba y el aire estaba lleno de aromas de flores. Esa tarde, se encontró con su mejor amiga, Blu, una mariposa de colores vibrantes.
"¡Hola, Blu! ¿Querés jugar un rato?" - preguntó Luly, moviendo sus antenitas emocionada.
"¡Sí, Luly! Pero primero mira hacia el cielo" - respondió Blu, apuntando con una de sus coloridas alas.
Luly levantó la vista y quedó maravillada. Un hermoso arcoíris brillaba en el cielo, formando un puente de colores.
"¿Cómo se forma un arcoíris, Blu?" - preguntó Luly, llena de curiosidad.
"No estoy segura... Pero podríamos averiguarlo juntas" - sugirió Blu, mientras comenzaban a volar juntas hacia la colina.
Mientras llegaban a la cima de la colina, encontraron a sus amigos: el sabio búho Don Manuel y el alegre pajarito Tito.
"Hola, Luly y Blu. ¿Qué les trae por aquí?" - preguntó Don Manuel, acomodándose las gafas.
"Vimos un arcoíris y queríamos saber cómo se forma y por qué es tan importante" - respondió Luly.
"¡Qué buena pregunta!" - exclamó Tito, dando vueltas en el aire. "Los arcoíris se forman cuando la luz del sol pasa a través de las gotas de agua" - explicó Don Manuel.
"¿Y por eso tienen esos colores tan bonitos?" - quiso saber Blu.
"Exactamente, los colores se separan y forman nuestro hermoso arcoíris: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta. Cada color tiene su propio significado especial" - contestó el búho.
"¿Y por qué es tan importante?" - preguntó Luly, intrigada.
"El arcoíris es un símbolo de esperanza. Después de una tormenta, siempre aparece un arcoíris, recordándonos que todo puede estar bien después de momentos difíciles" - dijo Don Manuel.
"¡Qué hermoso!" - exclamó Blu. "Entonces, es como un abrazo del cielo".
Pero de repente, comenzó a nublarse y a caer una suave lluvia. Luly y Blu se miraron preocupadas.
"¿Y ahora qué hacemos?" - preguntó Luly.
"No te preocupes, cada gota de lluvia es una oportunidad para que el arcoíris se muestre después" - afirmó Don Manuel.
A medida que la lluvia cesaba, el sol comenzaba a brillar de nuevo. Las gotas de agua se iluminaban y, para sorpresa de todos, un tercer arcoíris comenzó a formarse, más intenso y brillante.
"¡Miren! ¡Es un arcoíris doble!" - gritó Tito.
Luly y Blu danzaron de alegría.
"Esto es mágico, ¡vamos a contárselo a todos!" - dijo Luly.
Y así, juntas, volvieron a la colmena y a los jardines, contándoles a todos sus amigos sobre la maravilla del arcoíris y su importancia. Luly aprendió que, incluso ante los momentos oscuros, siempre hay una luz que nos muestra el camino.
Y desde ese día, cada vez que veían un arcoíris, sabían que era un recordatorio de que la vida está llena de colores, de belleza y de esperanza.
Y así, con el corazón colmado de alegría y enseñanzas, Luly y Blu siguieron jugando y explorando, siempre dispuestas a descubrir más misterios de la naturaleza, y recordando la importancia de los colores durante cada aventura.
FIN.