El Misterio del Aula Embrujada
Era un día nublado en la escuela primaria 'El Arcoíris'. María, Sonia y Rafa, tres amigos inseparables de quinto grado, habían escuchado rumores de que el antiguo aula 5 estaba embrujada. Los chicos, intrigados y un poco asustados, decidieron investigar.
"- ¿Escucharon lo que dicen sobre el aula 5?" - preguntó María, con su voz temblorosa.
"- Sí, se dice que el viejo Jesús, el conserje, tuvo un encuentro con un fantasma ahí hace muchos años", contestó Sonia, con ojos grandes de sorpresa.
"- Yo no creo en esas cosas, pero ¡vamos a averiguarlo!" - exclamó Rafa, tratando de impresionarlas.
Después de clases, los tres se dirigieron al aula embrujada. Al llegar, la puerta chirrió ante ellos, como si estuviera advertiéndoles que no entraran. "- ¡Qué escalofriante!" - dijo Sonia mientras miraba alrededor.
Juntos entraron y se encontraron con un aula cubierta de polvo y telarañas. Una ventana abierta hizo que una hoja de papel volara hacia ellos. Rafa la recogió y leyó en voz alta: "Busquen el tesoro de Jesús, el camino será tenebroso, pero la amistad brillará como un faro".
"- Esto es raro", dijo María. "- ¿Qué tesoro?"
"- Tal vez Jesús escondió algo aquí", sugirió Sonia, emocionada.
"- Vamos a buscarlo, no importa lo que cueste" - dijo Rafa decidido.
Mientras exploraban, comenzaron a escuchar ruidos extraños. Chiridos, susurros, y hasta el sonido de pasos. Sonia, un poco nerviosa, dijo: "- ¿Y si es un fantasma?"
"- No, no puede ser", respondió Rafa, aunque en su corazón también sentía un poco de miedo.
Decididos a descubrir la verdad, comenzaron a investigar más a fondo. Removieron los pupitres y los libros viejos, hasta que de repente encontraron un pequeño cofre escondido debajo de una tabla del suelo. Los ojos de los tres amigos se iluminaron de emoción.
"- ¡Lo encontramos!" - gritó María.
"- Pero... ¿es seguro abrirlo?" - preguntó Sonia.
"- ¡Claro que sí!" - dijo Rafa, mientras abría el cofre.
Dentro del cofre había una serie de cartas y fotos viejas. Empezaron a leer las cartas y se dieron cuenta de que eran del propio Jesús, hablando sobre su experiencia al trabajar en la escuela y los amigos que había hecho en el camino.
"- ¡No hay fantasmas!" - exclamó María aliviada. "- Esto es un tesoro de amistad".
"- Sí, Jesús siempre habló sobre lo importante que es tener amigos y apoyarse mutuamente", añadió Sonia.
"- Debemos contárselo a todos en la escuela", propuso Rafa.
Así que, con el cofre en manos, los tres amigos salieron del aula y buscaron a Jesús. Al encontrarlo, le mostraron el tesoro que habían descubierto. Jesús sonrió al ver las cartas y, con una gran calidez, les dijo: "- Me alegra que hayan venido a investigar. Estas cartas son el recordatorio de que la amistad siempre es más fuerte que cualquier miedo".
Desde ese día en adelante, María, Sonia y Rafa se convirtieron en los embajadores de la amistad en la escuela. Organizaron actividades para que todos los chicos aprendieran a valorar la amistad y a no dejarse llevar por rumores. La escuela, que antes tenía fama de ser un lugar aterrador, se llenó de risas, juegos y solidaridad entre los estudiantes.
Y así, lo que había comenzado como una aventura de terror, se transformó en una poderosa lección sobre la amistad y el valor de tener a alguien en quien confiar.
Nunca subestimes el poder de la amistad, pensaron los tres amigos, mientras salían del aula sonriendo y planeando su próximo gran evento escolar.
FIN.