El misterio del banquete compartido


Había una vez en una granja muy especial, donde vivían la oveja Margarita, el gallo Manolo, el toro Torito, el gato Mimoso, el cerdo Pancracio y por supuesto, el granjero Juan.

Todos los animales eran muy amigos y se llevaban de maravilla. Se pasaban los días jugando y compartiendo la comida que les daba el granjero. Un día, al despertar, descubrieron que toda la comida había desaparecido misteriosamente.

Estaban muy preocupados porque no sabían qué iban a comer. El granjero Juan también se sorprendió al ver los comederos vacíos. - ¡Oh no! ¿Qué habrá pasado con nuestra comida? - exclamó Margarita con tristeza.

- No lo sé, pero debemos encontrarla pronto antes de que nos quedemos sin nada que comer - dijo Torito con preocupación. Los animales decidieron investigar por toda la granja en busca de pistas. Mientras buscaban, se encontraron con Pistacho, un ratón muy astuto que vivía en un agujero cerca del corral.

- Hola amigos, he visto algo sospechoso esta mañana - dijo Pistacho nervioso. - ¿Qué viste? ¡Por favor dinos! - preguntaron todos los animales ansiosos por resolver el misterio.

- Vi a las gallinas correteando detrás del espantapájaros y escondiendo algo en su nido secreto - reveló Pistacho. Los animales rápidamente fueron al gallinero y descubrieron que las gallinas habían escondido toda la comida robada en su nido.

Estaban tan hambrientas que no pudieron resistirse a llevarse más de lo necesario. - ¡Así que ustedes son las culpables! - exclamó Manolo molesto mientras picoteaba el maíz recuperado. Las gallinas se sintieron avergonzadas por su comportamiento y pidieron disculpas a sus amigos de la granja.

El granjero Juan les explicó lo importante que era compartir y ser honestos para mantener la armonía entre todos los habitantes de la granja.

Desde ese día, todos los animales aprendieron la lección y prometieron nunca más tomar más comida de la necesaria ni ocultarla egoístamente. A partir de entonces, compartieron equitativamente cada ración para asegurarse de que nadie pasara hambre en la granja. La amistad entre los animales creció aún más fuerte después de resolver aquel misterio juntos.

Y así, gracias a su trabajo en equipo y solidaridad, lograron superar cualquier obstáculo que se presentara en su vida cotidiana en aquella hermosa granja donde reinaba la alegría y el compañerismo para siempre jamás.

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