El Misterio del Bosque de Lia
En un pequeño pueblo de España, rodeado de densos bosques, vivía una niña llamada Lia. A pesar de que su pueblo era muy acogedor, los habitantes solían contar historias sobre un viejo bosque que nadie se atrevía a explorar. Decían que allí habitaban sombras y ruidos extraños que asustaban a los viajeros.
Un día, Lia decidió que era hora de desmentir esos rumores. Con una linterna en mano y su fiel perro, Toby, integraron su propia expedición al bosque.
"¡Vamos, Toby! ¡Esta vez veremos qué hay realmente ahí dentro!", dijo Lia animada.
Cuando llegaron a la entrada del bosque, el aire se volvió frío y una neblina se alzó en el suelo. Las sombras parecían moverse a su alrededor.
"¿Ves eso, Toby?", murmuró Lia. "No hay nada que temer".
Pero a medida que profundizaban, empezaron a escuchar sonidos extraños: crujidos de ramas, susurros que parecían llamarlas.
"¿Escuchaste eso?", dijo Lia, comenzando a sentir un escalofrío por su espalda.
"Guau, guau!", ladró Toby, también inquieto.
Lia continuó avanzando y pronto descubrieron un claro en el bosque. En el centro, había un árbol gigante con un tronco retorcido y unas raíces que parecían formar un círculo perfecto.
"Este debe ser el árbol de la leyenda", comentó Lia, intrigada.
"¿Crees que dé deseos?", preguntó Toby con curiosidad.
Lia decidió acercarse al árbol. Justo cuando lo tocó, una puerta secreta se abrió en su base. Lo que encontró dentro la sorprendió: un mundo lleno de luces brillantes y criaturas mágicas que danzaban a su alrededor.
"¡Esto es increíble!", exclamó Lia.
"¿Dónde estamos?", preguntó Toby, maravillado.
Una de las criaturas, llamada Lumina, se acercó a ellas.
"Bienvenidas al Bosque de los Sueños. Pocas personas vienen aquí por su miedo. Pero quienes tienen valentía encuentran maravillas inimaginables", dijo Lumina con una sonrisa.
"O sea que las historias eran falsas!", dijo Lia emocionada.
—"Exactamente" , respondió Lumina. "Pero aquí necesitamos su ayuda. Las sombras que han sido vistas son en realidad olvidos que debemos iluminar. Si ayudan a recordar a los que se perdieron, el bosque brillará aún más".
Lia se sintió inspirada. "Claro, ¿cómo podemos ayudar?" Lumina le entregó una pequeña brújula:
"Cada vez que recuerdes un buen momento o una historia que valga la pena, la brújula marcará el camino. ¡Vamos!"
Durante los días siguientes, Lia y Toby se adentraron en el Bosque de los Sueños, recordando momentos felices y contando historias divertidas sobre su vida en el pueblo. La brújula iluminaba su camino y las sombras comenzaron a disiparse.
"¡Mirá, Toby!", decía Lia. "Las sombras están desapareciendo con cada historia!"
Y así, cada historia contada iluminaba más el bosque, llenándolo de risas y alegría. Hasta que un día, después de una aventura llena de recuerdos, Lia se encontró frente al árbol otra vez.
"Lumina, ¿lo hemos logrado?", preguntó Lia.
"Sí, gracias a ustedes, el bosque está vivo de nuevo", respondió Lumina.
Lia se sintió orgullosa. Al salir del bosque, se dio cuenta de que el verdadero valor estaba en enfrentar sus miedos y en la magia de contar historias.
Decidió llevar esa lección al pueblo.
- “No hay que tenerle miedo a lo desconocido, porque siempre puede haber cosas hermosas que descubrir.”
A partir de entonces, Lia y Toby organizaban cuentacuentos en la plaza del pueblo, compartiendo sus aventuras en el Bosque de los Sueños y llenando a todos de maravillas e inspiraciones.
Así, el bosque dejó de ser un lugar de miedo y se convirtió en un símbolo de valentía y creatividad, donde cada historia tenía su propio brillo.
FIN.