El Misterio del Bosque Encantado



Era un hermoso día de primavera y Sofía, una curiosa niña de diez años, decidió aventurarse en el bosque que estaba detrás de su casa. Sabía que tenía que regresar a la hora del almuerzo, pero la emoción de explorar lo llevaba a adentrarse un poco más.

"¡Qué árbol tan enorme!" - exclamó Sofía mientras miraba hacia arriba, maravillada por las copas que parecían tocar el cielo.

Mientras caminaba, escuchó un suave murmullo.

"¿Quién hay ahí?" - preguntó, asustada pero intrigada.

Para su sorpresa, un pequeño zorro de pelaje dorado emergió de detrás de un arbusto.

"Hola, soy Zippy. Este es mi hogar" - dijo el zorro con una voz suave.

"¡Hola, Zippy! Soy Sofía. ¿Qué haces aquí?" - respondió la niña, encantada.

"Estoy cuidando el bosque. Hay muchas cosas mágicas aquí. ¿Te gustaría verlas?" - propuso Zippy.

Sofía asintió emocionada. Juntos, comenzaron a explorar el bosque. Zippy le mostró un lago que brillaba como el oro bajo el sol y flores que cantaban suaves melodías.

"¡Esto es increíble!" - gritó Sofía entre risas.

Pero de repente, Zippy se detuvo.

"Sofía, tenemos un problema. Un grupo de ciclistas está dañando el bosque y nuestros hogares" - dijo Zippy con tristeza.

"¡Eso no puede ser!" - exclamó Sofía, decidida a ayudar.

Juntos, idearon un plan. Sofía correría a casa para buscar ayuda. Cuando llegó, explicó a su mamá y a sus amigos lo que estaba pasando.

"Necesitamos su ayuda para proteger nuestro bosque" - les dijo.

Con la ayuda de sus amigos, Sofía regresó al bosque con carteles, cinta, y muchas ganas de proteger el lugar que amaban.

Al llegar, se encontraron a los ciclistas a punto de entrar más al bosque. Sofía, nerviosa pero valiente, se acercó a ellos.

"¡Esperen!" - les gritó.

Los ciclistas se detuvieron sorprendidos.

"Este bosque es nuestro hogar y está lleno de magia. Si lo dañan, perderemos todo lo que amamos" - continuó Sofía, mientras sus amigos sostenían los carteles que decían "Cuida el bosque".

Los ciclistas se miraron entre sí y uno de ellos, un chico alto con casco, habló.

"No sabíamos que el bosque era tan especial para ustedes. Prometemos tener cuidado y no entrar más" - dijo, pareciendo arrepentido.

Sofía sonrió al escuchar esto.

"¡Gracias! Si quieren, pueden venir aquí a jugar, pero necesitamos que respeten nuestro hogar" - propuso.

Los ciclistas estuvieron de acuerdo y, poco a poco, comenzaron a ayudar a Sofía, Zippy y sus amigos a limpiar el bosque.

Así, cada semana se formó un grupo que cuidaba del bosque, protegían a los animales y organizaban días de diversión para que más niños pudieran conocerlo. Sofía había aprendido que con valentía, colaboración y respeto por la naturaleza, ¡podían lograr grandes cosas!

El bosque brilló aún más con la alegría de niños explorando y jugando, y Zippy, el pequeño zorro, se convirtió en el guardián del lugar junto a sus nuevos amigos. Sofía y sus amigos nunca olvidaron la mágica experiencia que vivieron en aquel bosquecito encantado, siempre recordando que, cuando todos ayudamos, podemos hacer del mundo un lugar mejor.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!