El misterio del bosque encantado


En un lejano y mágico pueblo llamado Brújula, se encontraba la escuela del mismo nombre. La profesora Viviana estaba muy preocupada porque los estudiantes del grado Brújula estaban muy indisciplinados.

Todo el tiempo hablaban, se levantaban de sus puestos, peleaban y se trataban muy mal verbalmente. La profesora estaba tan preocupada que decidió buscar una solución al problema. Decidió contarles a sus alumnos una historia muy especial. Era la historia del bosque encantado, un lugar lleno de magia y aventuras.

"Escuchen con atención, queridos alumnos", dijo la profesora Viviana. "Había una vez un bosque encantado, donde todos los árboles tenían una historia que contar y los animales hablaban con los humanos.

En ese bosque, cada vez que alguien decía algo feo o malintencionado, una sombra oscura aparecía y causaba tristeza y confusión en todo el lugar". Los estudiantes escuchaban atentamente, intrigados por la historia. La profesora continuó: "Un día, llegó al bosque una niña muy curiosa y valiente.

Decidió descubrir por qué ese paraje mágico estaba sumido en la tristeza. Con determinación, la niña emprendió un viaje en busca de respuestas, enfrentando muchos desafíos y tentaciones en el camino.

Finalmente, descubrió que la sombra oscura era causada por las palabras hirientes y malintencionadas de las personas que visitaban el bosque". Los estudiantes asimilaron la lección y la profesora les preguntó: "¿Qué piensan que la niña hizo para devolver la alegría al bosque?".

Los estudiantes comenzaron a proponer ideas sobre cómo la niña podría ayudar. Algunos sugerían que la niña lanzara hechizos mágicos, mientras que otros pensaban que debía conversar con las personas lo que estaba sucediendo.

La profesora sonrió y les dijo: "La niña decidió que, en lugar de luchar contra la sombra, difundiría palabras de amabilidad, bondad y respeto por todo el bosque. Y ¿saben qué pasó? Poco a poco, la sombra oscura desapareció y el bosque volvió a llenarse de luz y alegría".

Los estudiantes se miraron entre sí, reflexionando sobre lo que habían aprendido. La profesora continuó: "Queridos niños, así como la niña trajo de vuelta la alegría al bosque encantado, ustedes pueden traer armonía y respeto a nuestra escuela.

Todos tenemos el poder de llenar nuestro entorno con palabras amables y acciones consideradas. ¿Están dispuestos a intentarlo?". Los estudiantes asintieron con entusiasmo. A partir de ese día, la actitud de los niños cambió por completo.

Comenzaron a tratarse con respeto, a escuchar atentamente a sus compañeros y a decir palabras amables. La profesora Viviana se alegró al ver la transformación y, desde entonces, la escuela Brújula se convirtió en un lugar lleno de armonía y aprendizaje.

Los padres de los estudiantes notaron el cambio y felicitaron a la profesora por su ingenio para enseñarles una valiosa lección a sus hijos. La profesora Viviana se sintió muy orgullosa de sus estudiantes, quienes entendieron el poder transformador de las palabras y el respeto mutuo.

Desde entonces, la escuela Brújula floreció con el encanto de la amabilidad y la armonía, gracias a la valiosa lección del bosque encantado.

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