El misterio del bosque encantado


Paula vivía en una hermosa colina, rodeada de un bosque mágico. Le encantaba salir de paseo en bicicleta y recorrer los senderos entre los árboles. Un día, mientras pedaleaba por el bosque, se encontró con una pequeña niña que caminaba desorientada cerca de un arroyo. La niña parecía perdida y asustada.

- ¿Hola, pequeña? ¿Estás bien? -preguntó Paula con preocupación.

La niña la miró con ojos grandes y tristes. - Estoy perdida. No sé cómo regresar a mi casa -respondió la niña con voz temblorosa.

Paula se agachó para estar a la altura de la niña y le dijo con amabilidad: - No te preocupes, te ayudaré a encontrar el camino a casa. ¿Cómo te llamas?

- Me llamo Sofía. Vivo al otro lado del bosque -contestó la niña.

Sin dudarlo, Paula ayudó a Sofía a subir a su bicicleta y juntas emprendieron el camino de regreso. Mientras pedaleaban, Paula le explicaba a Sofía las maravillas del bosque y le enseñaba a reconocer los árboles, las flores y los sonidos de los animales. Sofía comenzó a sentirse más tranquila y curiosa por el entorno.

Al llegar a la casa de Sofía, su madre estaba desesperada buscándola. Al verla llegar con Paula, la madre corrió a abrazarlas. - ¡Gracias por traerla de vuelta! Estaba tan preocupada. ¿Cómo puedo agradecerte? -dijo la madre de Sofía emocionada.

- No hay de qué, fui un placer ayudar a Sofía. El bosque puede ser un lugar confuso, pero con un poco de orientación y amistad, siempre encontraremos el camino de regreso a casa -respondió Paula con una sonrisa.

Desde ese día, Paula y Sofía se convirtieron en grandes amigas y exploraban el bosque juntas, aprendiendo y cuidando de la naturaleza. Y la pequeña aventura de Sofía en el bosque se convirtió en una lección para todos: nunca debemos tener miedo de pedir ayuda y siempre hay bondad y amistad en nuestro camino.

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