El Misterio del Bosque Encantado
Había una vez en un bosque encantado, cuatro amigos llamados Juan, Sofía, Mateo y Valentina, que vivían en una acogedora cabaña.
En una noche tormentosa, mientras la lluvia azotaba las ventanas y el viento soplaba con furia, un extraño con un ojo herido llamó a su puerta. El extraño les pidió refugio hasta que su ojo sanara.
Aunque la mayoría de los amigos sintieron un aura hostil alrededor del extraño, Mateo, el más inocente y confiado del grupo, era el único que no notaba nada extraño. "Deberíamos ayudar a este pobre hombre", dijo Mateo con empatía. Los demás, preocupados, acordaron dejarlo quedarse. A medida que pasaban los días, el extraño parecía ganarse la confianza de Mateo.
"No entiendo por qué desconfían de él. Es amable y nos ha ayudado mucho", decía Mateo. Pero Juan, Sofía y Valentina comenzaron a notar cosas extrañas.
El clima en la cabaña se volvió frío y sombrío, las luces parpadeaban sin razón y los objetos se movían solos. A pesar de las advertencias de sus amigos, Mateo se negaba a creer que el extraño pudiera ser peligroso.
Un día, mientras Mateo estaba solo, el extraño intentó hipnotizarlo con sus poderes, pero Mateo logró resistirse. Con valentía, buscó ayuda y descubrió que el extraño no era quien decía ser, sino un ser malévolo que quería apoderarse del bosque. Con el apoyo de sus amigos, Mateo preparó un plan para expulsar al extraño.
Usaron la sabiduría de los animales del bosque, la fuerza de la amistad y la bondad en sus corazones para difundir luz y amor en la cabaña. Finalmente, lograron liberarse del influjo del extraño y devolver la paz al bosque.
A través de esta aventura, Mateo aprendió a no juzgar por las apariencias, a escuchar a sus amigos y a confiar en sus instintos. Juntos, descubrieron que la verdadera fuerza reside en el trabajo en equipo y la solidaridad.
FIN.