El misterio del bosque solidario



En una granja alejada en las afueras de la ciudad, vivían muchos animales felices y traviesos.

Había una vaca llamada Lola, una gallina llamada Carmela, un cerdo llamado Chanchito, un pato llamado Pato, unos pollitos muy inquietos, unos perros guardianes llamados Rocky y Luna, unas ovejas lanudas, un caballo majestuoso llamado Rayo, una cabra saltarina llamada Margarita, un conejo curioso llamado Saltarín, un pavo presumido llamado Tomás, un ratón travieso llamado Rulo y un gato elegante llamado Mimoso.

Un día sábado nublado, la granjera Yazmina se levantó temprano para comenzar sus labores diarias en la granja.

Al salir de su casa vio que algo extraño sucedía: ¡todos los animales estaban reunidos en el patio principal con caras preocupadas!"¿Qué les pasa a todos hoy? Parecen muy inquietos", preguntó Yazmina sorprendida. "Es que anoche escuchamos ruidos extraños cerca del bosque", dijo Carmela la gallina con voz temblorosa. "Sííí", agregó Chanchito el cerdo asustado.

"Parecían gruñidos y pisadas grandes". Yazmina miró a todos los animales y notó que tenían miedo. Decidió entonces tomar cartas en el asunto. "Tranquilos amigos", les dijo con voz calmada. "Irán conmigo al bosque para descubrir qué está sucediendo".

Los animales se miraron entre sí con incertidumbre pero confiaron en Yazmina y decidieron seguir sus instrucciones.

Así pues, la valiente granjera junto a Lola la vaca, Pato el pato, Rayo el caballo y Mimoso el gato se adentraron en el oscuro bosque mientras los demás animales esperaban ansiosos en la granja.

Después de caminar por un rato entre árboles frondosos y sombras misteriosas llegaron a una cueva escondida donde descubrieron al culpable de los ruidos: ¡un oso grande estaba atrapado bajo unas ramas caídas! El pobre animal gruñía de dolor intentando liberarse. Yazmina sabía que debían actuar rápido antes de que algo malo pasara.

Con astucia idearon un plan: Rayo tiraría del tronco más grande mientras Lola empujaría desde abajo junto a Pato dando picotazos estratégicos para mover las ramas. Mientras tanto Mimoso distraería al oso con sus movimientos ágiles para evitar que se lastimara más.

Después de mucho esfuerzo lograron liberar al oso herido quien salió corriendo hacia lo profundo del bosque sin mirar atrás. Los animales regresaron triunfantes a la granja donde fueron recibidos como héroes por los demás habitantes. "¡Gracias por salvarme!", exclamaba Chanchito emocionado abrazando a Yazmina.

"Han demostrado ser valientes y solidarios", dijo Margarita la cabra orgullosa. "¡Nunca subestimen el poder del trabajo en equipo!", expresó Rayo relinchando feliz. Desde ese día todos los animales aprendieron que enfrentando juntos los problemas podían lograr grandes cosas.

La granjera Yazmina enseñó a cada uno lo importante que es ayudarse mutuamente y trabajar unidos sin importar las diferencias.

Así concluyó este sábado nublado transformándose en uno lleno de aventuras inolvidables y lecciones valiosas para todos los habitantes de esa maravillosa granja donde reinaba la amistad y la solidaridad entre cada uno de sus singulares integrantes.

FIN.

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