El misterio del budín perdido


Había una vez tres amigas inseparables: Flor, Marie y Naty. Ellas se conocieron en el jardín de infantes y desde entonces no se separaron nunca más. Les encantaba jugar juntas, compartir sus juguetes y merendar juntas.

Un día, mientras estaban en la casa de Flor, decidieron hacer un budín para merendar. Cada una trajo un ingrediente diferente y juntas prepararon la masa del budín con mucha emoción.

"¡Qué rico va a quedar nuestro budín!" exclamó Naty emocionada. "Sí, pero tenemos que esperar a que se cocine" dijo Marie con paciencia. Mientras esperaban, decidieron jugar al escondite por toda la casa.

Pero cuando llegó el momento de sacar el budín del horno, algo extraño sucedió: ¡el budín había desaparecido!"¿Dónde está nuestro budín?" preguntó Flor preocupada. "No lo sé... tal vez alguien lo robó" respondió Naty triste. "Pero si estamos solas en casa... " dijo Marie confundida.

De repente escucharon un ruido proveniente del patio trasero. Al asomarse por la ventana vieron a dos niños desconocidos comiendo su querido budín sin permiso alguno. Las chicas corrieron hacia el patio trasero para enfrentar a los niños malvados.

Pero en ese momento recordaron algo muy importante: siempre habían sido enseñadas a ser amables y compartir con los demás. Entonces las chicas decidieron acercarse a los niños y ofrecerles una parte del budín como muestra de amistad.

Los niños aceptaron la oferta y las chicas se dieron cuenta de que compartir es mucho mejor que pelear. "Gracias por compartir con nosotros" dijo uno de los niños sonriendo.

"De nada, siempre es mejor ser amables y compartir" respondió Marie con una sonrisa en su rostro. Las chicas aprendieron una valiosa lección ese día: la importancia de la amistad, el valor de compartir y lo gratificante que puede ser un acto de bondad.

Desde entonces, prometieron siempre estar juntas y seguir compartiendo momentos felices como aquel en el que prepararon juntas su delicioso budín.

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