El misterio del castillo de Vlard
Hace mucho tiempo, en 1750, en un pequeño pueblo de la campiña argentina, existía un misterioso castillo donde se decía que vivía un vampiro solitario llamado Vlard.
La gente del pueblo temía acercarse al castillo, sin darse cuenta de que Vlard en realidad era un vampiro amable y solitario. Vlard vivía en el castillo desde hacía siglos y anhelaba tener amigos, pero su apariencia le impedía acercarse a los aldeanos.
Un día, Gabriel, un niño aventurero del pueblo, decidió explorar el castillo de Vlard. Con valentía, se adentró en sus oscuros pasillos y se encontró con Vlard. -¡No temas, Vlard! Soy Gabriel, y vine a conocerte. - dijo el niño.
Vlard, sorprendido por la valentía del niño, decidió contarle su historia. Le explicó que, a pesar de ser un vampiro, nunca había lastimado a nadie y que en realidad anhelaba tener amigos. Gabriel, con compasión, decidió ayudar a Vlard a integrarse con los aldeanos del pueblo.
Juntos, idearon un plan para que Vlard pudiera interactuar con la gente sin asustarlos. Pintaron una hermosa capa que ocultaba sus colmillos y le enseñaron a Vlard a sonreír para que su rostro no pareciera tan amenazante.
Con el tiempo, Vlard se convirtió en un miembro querido de la comunidad, ayudando a los aldeanos y demostrando que, a pesar de nuestras diferencias, todos merecemos amistad y comprensión.
Desde entonces, el castillo de Vlard se convirtió en un lugar de encuentro y amistad, donde todos eran bienvenidos, sin juzgar su aspecto o naturaleza. De esta forma, Vlard demostró que lo que realmente importa es el corazón y la bondad que llevamos dentro.
FIN.