El misterio del castillo encantado



Había una vez un niño llamado Tomás, quien vivía en un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque.

A pesar de ser un lugar tranquilo, había una leyenda que contaba la historia de un hombre lobo que habitaba en el bosque. Un día, Tomás decidió explorar el bosque en busca de aventuras. Caminó durante horas hasta llegar a un castillo abandonado en medio del bosque. La curiosidad le ganó y decidió entrar.

Al ingresar al castillo, Tomás se sorprendió al ver cómo la naturaleza había reclamado su espacio. Las plantas trepaban por las paredes y los rayos del sol se filtraban entre los agujeros del techo. Mientras exploraba, escuchó unos ruidos extraños provenientes del piso superior.

Decidido a descubrir qué era, subió las escaleras lentamente y se encontró con una puerta entreabierta. Tomás empujó la puerta y quedó maravillado al ver que dentro había una sala llena de libros antiguos y polvorientos.

En ese momento, escuchó una voz suave que lo llamaba desde uno de los rincones de la habitación: "¡Ayuda!". El niño se acercó sigilosamente hacia donde provenía la voz y allí vio a un hombre lobo atrapado bajo unas estanterías caídas.

El hombre lobo tenía miedo y no podía liberarse por sí mismo. Tomás sintió compasión por él e inmediatamente corrió a buscar ayuda. Regresó con sus amigos Lucas y Sofía para rescatar al hombre lobo.

Trabajaron juntos para levantar las estanterías y liberar al hombre lobo. Al estar libre, el hombre lobo se presentó como Federico y les dio las gracias por su valiosa ayuda.

Federico explicó que había sido encerrado en ese castillo abandonado por un malvado mago hace muchos años. Desde entonces, había estado buscando una forma de escapar. Tomás, Lucas y Sofía decidieron ayudarlo a encontrar la manera de volver a su forma humana.

Se aventuraron nuevamente en el bosque en busca de respuestas. Después de mucho buscar, encontraron un antiguo libro de hechizos que explicaba cómo deshacer la maldición del hombre lobo. Sin embargo, el hechizo requería ingredientes muy difíciles de conseguir.

Decididos a ayudar a Federico, los niños emprendieron una misión para recolectar los ingredientes necesarios. En su búsqueda, encontraron criaturas mágicas amigables que les ofrecieron su ayuda. Finalmente, reunieron todos los ingredientes y realizaron el hechizo justo cuando la luna llena iluminaba el cielo nocturno.

Un destello mágico envolvió a Federico y poco a poco volvió a ser humano. Federico estaba emocionado y eternamente agradecido con los niños por haberlo salvado. Les prometió utilizar sus habilidades mágicas para protegerlos siempre que lo necesitaran.

A partir de ese día, Tomás, Lucas y Sofía se convirtieron en amigos inseparables del ahora humano Federico.

Juntos vivieron muchas aventuras emocionantes en el bosque encantado mientras aprendían lecciones valiosas sobre amistad, coraje y la importancia de ayudar a los demás. Y así, el castillo abandonado se convirtió en un lugar lleno de amor y amistad, donde la magia siempre estaba presente. Fin.

FIN.

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