El misterio del collar desaparecido



Era una noche oscura y lluviosa en el barrio de Palermo, en Buenos Aires. Martina, una niña curiosa y valiente, se preparaba para ir a dormir cuando escuchó un ruido extraño en el patio de su casa. Decidió asomarse por la ventana y vio a su gato Simón correteando asustado bajo la lluvia. Martina, preocupada por su mascota, decidió salir a buscarlo.

- Simón, ¿qué te pasa? ¿Por qué estás tan inquieto? -le preguntó Martina mientras lo acariciaba para calmarlo.

De repente, Simón se detuvo frente a un rosal y comenzó a maullar desesperadamente. Martina se acercó y vio que había algo brillante entre las flores. ¡Era el collar de perlas de su mamá que había desaparecido hacía días!

Decidida a resolver el misterio, Martina llamó a su amiga Sofía, una experta en resolver enigmas. Juntas examinaron el collar y encontraron una pista: una pequeña pluma azul pegada en una de las perlas.

Con la pista en mano, las amigas emprendieron su investigación. Recorrieron el barrio, preguntaron a los vecinos y revisaron cada rincón en busca de la dueña de la misteriosa pluma azul. Finalmente, llegaron al parque del barrio, donde vieron a una bandada de pájaros azules.

Siguiendo a los pájaros, Martina y Sofía descubrieron una antigua casa abandonada. Al acercarse, escucharon un suave llanto que provenía del interior. Sin dudarlo, entraron y encontraron a una anciana rodeada de pájaros azules. La mujer les contó que ella solía usar el collar para recordar a su hija, y que los pájaros eran sus amigos que le ayudaban a encontrar cosas brillantes para sentirse cerca de su hija. Conmovidas por la historia de la señora, Martina y Sofía decidieron regalarle el collar como muestra de amistad.

Desde ese día, la anciana y las niñas se convirtieron en grandes amigas, y los pájaros azules siguieron visitando el rosal de Martina, llenando su vida de alegría y misterio.

FIN.

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