El misterio del collar perdido en Villa Esperanza


Había una vez en el tranquilo pueblo de Villa Esperanza, donde todos los vecinos vivían felices y en armonía.

Sin embargo, un día algo inesperado sucedió: ¡el collar de la señora Marta, la joya más valiosa de todo el pueblo, desapareció misteriosamente! El comisario Ramiro, un astuto detective con bigotes al estilo Dalí, fue llamado para resolver el caso. Se puso su sombrero negro y agarró su lupa antes de dirigirse a la casa de la señora Marta.

-¡Buenos días, señora Marta! Soy el comisario Ramiro y estoy aquí para investigar la desaparición de su collar -dijo el detective con voz firme.

La señora Marta estaba muy angustiada y le contó al comisario que había dejado su collar sobre la cómoda antes de irse a dormir, pero por la mañana ya no estaba. El comisario Ramiro examinó detenidamente la habitación en busca de pistas.

Encontró huellas dactilares en el polvo y restos de pintura azul en el piso. Decidió interrogar a los sospechosos del pueblo: el panadero Pedro, la maestra Susana y el jardinero Juan.

Primero fue a hablar con Pedro en la panadería:-¿Dónde estabas anoche cuando desapareció el collar de la señora Marta? -preguntó el comisario. -Yo estaba horneando pan hasta tarde. No sé nada del collar -respondió Pedro nervioso. Luego visitó a Susana en la escuela:-¿Tienes alguna información sobre el collar perdido? -preguntó el comisario mientras observaba sus reacciones atentamente.

-Yo estuve corrigiendo exámenes toda la noche. No vi nada extraño -contestó Susana con sinceridad. Por último, interrogó a Juan mientras cortaba el césped del parque:-¿Alguna idea sobre quién podría haber tomado ese collar? -preguntó el comisario con astucia.

-Yo solo me dedico a cuidar las plantas del pueblo. No tengo motivos para robar nada -aseguró Juan mirando fijamente al detective. El comisario Ramiro analizaba todas las pistas una y otra vez sin llegar a ninguna conclusión clara.

Hasta que recordó algo importante: las pinturas azules que encontraron en la habitación de Marta coincidían con las que usaba Pedro para decorar sus pasteles especiales.

Decidió regresar a la panadería y confrontar al panadero:-¡Pedro! Sé que fuiste tú quien robaste el collar de Marta. Tus huellas estaban por toda su habitación y tus pinturas azules revelaron tu culpabilidad -exclamó triunfante Ramiro mientras esposaba al sorprendido Pedro.

Finalmente, gracias a la inteligencia y sagacidad del comisario Ramiro, se resolvió el misterio del collar perdido. La señora Marta recuperó su joya más preciada y Villa Esperanza volvió a ser un lugar seguro y tranquilo para todos sus habitantes.

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