El misterio del dibujo azul



En una pequeña ciudad llamada Villa Esperanza, vivía una niña llamada Camila. Camila era conocida por su honestidad y su carácter directo, siempre decía lo que pensaba sin rodeos. Pero lo que más le gustaba a Camila era dibujar.

Pasaba horas y horas coloreando sus dibujos con los colores más brillantes que podía encontrar. Sin embargo, su color favorito siempre fue el azul, un azul tan intenso que parecía cobrar vida en cada trazo.

Un día, mientras dibujaba en el parque, un misterioso anciano se acercó a ella. -Hola, pequeña artista -saludó el anciano. -Hola, señor -respondió Camila con curiosidad. El anciano le mostró un pergamino con un dibujo de un árbol mágico completamente azul.

-¿Has oído hablar del árbol azul? -preguntó el anciano. Camila negó con la cabeza. -Dicen que solo aquellos con un corazón honesto y directo pueden encontrarlo. Si lo dibujas con tus propias manos, te concederá un deseo -explicó el anciano.

Emocionada, Camila se puso en marcha para encontrar este árbol misterioso. Durante días y noches recorrió la ciudad, preguntando a cada persona que encontraba si habían oído hablar del árbol azul.

Finalmente, un viejo pescador le dijo que una vez había escuchado hablar de él, en lo profundo del bosque. Sin pensarlo dos veces, Camila se adentró en el denso bosque decidida a encontrar el árbol azul.

Tras recorrer un largo camino, entre árboles frondosos y arroyos cristalinos, divisó una luz azul brillante que provenía de un árbol en el centro de un claro. Extasiada, sacó sus colores y su papel y comenzó a dibujar el árbol azul. Cada trazo estaba impregnado de todo su amor por el arte y su sinceridad.

Al terminar, el árbol comenzó a brillar aún más intensamente y una voz suave se escuchó en su mente. -Has demostrado tu honestidad y directa. Como recompensa, se te concederá un deseo. Camila cerró los ojos y pensó detenidamente en su deseo.

Finalmente, pidió que todos los niños del mundo tuvieran la oportunidad de aprender a dibujar y pintar.

Al abrir los ojos, el árbol azul comenzó a esparcir sus hojas por toda la ciudad, llevando consigo sets de dibujo y pintura para cada niño. La noticia se esparció rápidamente y la ciudad se llenó de risas y colores. Desde entonces, Camila siguió dibujando y enseñando a otros niños a hacerlo, llevando alegría y creatividad a su querida Villa Esperanza.

Y cada vez que miraba al árbol azul, recordaba que la honestidad y la sinceridad siempre serían el camino para alcanzar nuestros deseos más profundos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!