El misterio del diente perdido



Había una vez en el barrio de Villa Ratonia, un tranquilo ratón llamado Pérez, famoso por ser el encargado de recolectar los dientes de los niños.

Una noche, mientras Pérez visitaba la casa de la familia Rodríguez, se le cayó un diente y, sin darse cuenta, lo dejó olvidado. Al regresar a su madriguera, Pérez se dio cuenta de su descuido y decidió volver a la casa de los Rodríguez para recuperarlo.

Sin embargo, cuando entró en la casa, se encontró con el gato Pedro, el temible felino de la familia, quien lo observaba con furia desde el sofá. -¿Quién eres tú y qué haces en mi casa? -gruñó Pedro con sus bigotes erizados.

Pérez, asustado pero valiente, le explicó que era el ratón Pérez y que había perdido un diente en la casa de los Rodríguez. Pedro, sorprendido, decidió escuchar la explicación del pequeño roedor.

Pérez le contó cómo ayudaba a los niños a superar el miedo a perder los dientes, y cómo esa noche, el diente se le había caído accidentalmente. Pedro, conmovido por la historia, decidió ayudar a Pérez a encontrar el diente perdido. Juntos, recorrieron la casa en busca del pequeño tesoro.

Finalmente, lo encontraron debajo de la alfombra del salón. Pérez agradeció a Pedro por su ayuda y, para su sorpresa, Pedro le pidió disculpas por haberlo juzgado sin conocerlo.

A partir de ese momento, Pérez y Pedro se hicieron amigos, y el gato Pedro se convirtió en el guardián de los dientes perdidos, asegurándose de que Pérez pudiera recolectarlos sin problemas.

La amistad entre el ratón Pérez y el gato Pedro se volvió legendaria en Villa Ratonia, y juntos enseñaron a los niños la importancia de la empatía y el perdón.

FIN.

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