El misterio del equipo arcoíris
En un pequeño pueblo llamado Alegría, en la escuela "Arcoíris de Sabiduría", había un grupo de amigos muy peculiar.
Jeremi era conocido por ser el niño más molesto de todos; siempre estaba jugando bromas pesadas y distrayendo a sus compañeros en clase. Valentin, por otro lado, era todo lo contrario: no podía quedarse quieto ni un segundo, siempre saltando y corriendo por todas partes.
Carla era la más callada del grupo, pero no porque fuera tímida, ¡sino porque hablaba tan rápido que nadie podía seguirla! Y luego teníamos a Robinson, quien se negaba a sentarse en su silla durante las clases, prefiriendo pararse o incluso caminar mientras prestaba atención.
Pero entre todos ellos destacaba Elisauri, un niño dulce y amable que estaba secretamente enamorado de Carla. Siempre le llevaba flores silvestres o le ayudaba con sus tareas sin pedir nada a cambio.
Sin embargo, Carla apenas notaba su presencia debido al bullicio constante de Jeremi y Valentin. Un día, la maestra Lucía decidió organizar una competencia deportiva entre los alumnos para enseñarles sobre trabajo en equipo y superación personal.
Los equipos se formaron de manera aleatoria, así que sorprendentemente Jeremi terminó junto a Elisauri, Valentin con Carla y Robinson con otros compañeros. Jeremi protestó al principio porque prefería estar con Valentin haciendo travesuras. Pero Elisauri le sonrió cálidamente y le dijo: "Tranquilo Jeremi, juntos podemos lograr grandes cosas si nos esforzamos".
Jeremi nunca antes había sido tratado con tanta amabilidad por alguien a quien solía molestar tanto. Durante los días previos al torneo deportivo, Elisauri trabajó incansablemente para motivar a Jeremi a dar lo mejor de sí mismo.
Le enseñó sobre la importancia del respeto hacia los demás y cómo trabajar en equipo puede hacer que todos brillen juntos. El día del torneo llegó y el equipo de Jeremi y Elisauri sorprendió a todos con su excelente desempeño.
A pesar de las travesuras pasadas de Jeremi, ahora se esforzaba al máximo gracias al apoyo incondicional de su nuevo amigo.
Mientras tanto, Valentin aprendió a canalizar su energía en actividades positivas gracias a Carla; ella lo inspiraba para correr hacia la meta en lugar de correr sin rumbo fijo. Y Robinson descubrió que sentarse también podía ser divertido cuando se trataba de animar a sus compañeros desde la tribuna.
Al final del día, todos los niños se reunieron para celebrar el trabajo en equipo y la amistad que habían construido durante el torneo. Incluso Carla notó finalmente los gestos amables de Elisauri hacia ella e iniciaron una bonita amistad llena de risas y complicidad.
Desde ese día en adelante, Jeremi dejó atrás su comportamiento molesto para convertirse en un líder positivo dentro del grupo; Valentin aprendió a enfocar su energía inagotable en actividades constructivas; Carla disfrutaba compartiendo historias con sus amigos mientras todos escuchaban atentamente; Robinson descubrió que sentarse no significaba limitarse sino ser parte activa del grupo; y Elisauri encontró la valentía para expresarle sus sentimientos sinceros a Carla sin miedo al rechazo.
La escuela "Arcoíris de Sabiduría" se convirtió entonces en un lugar donde cada uno podía brillar siendo fiel a sí mismo pero también aprendiendo unos de otros.
Y así fue como este grupo tan diverso descubrió que las diferencias pueden fortalecerlos cuando están unidos por el respeto mutuo y la colaboración constante.
FIN.