El misterio del estanque mágico
En un hermoso bosque lleno de árboles altos y flores de mil colores, había un estanque tranquilo donde los rayos del sol se reflejaban, creando destellos de luz sobre su superficie. En ese mágico lugar habitaban encantadores unicornios que, con sus relucientes crines arcoíris, hacían sonreír a todos los que pasaban por allí.
Una mañana radiante, dos amigos inseparables, Sofía y Lucas, decidieron aventurarse en el bosque. Sofía era una niña curiosa y valiente, mientras que Lucas, siempre lleno de energía, tenía una gran imaginación.
-”¡Vamos a explorar el bosque, Sofía! Nunca sabemos qué maravillas nos esperan,” -dijo Lucas emocionado.
-”¡Sí! Siempre he soñado con ver unicornios de cerca,” -respondió Sofía con los ojos brillantes.
Mientras caminaban, de repente se encontraron con un arcoíris deslumbrante que salía del estanque. Fascinados, se acercaron al borde del agua.
-”¡Mirá, Sofía! Es un arcoíris de verdad,” -exclamó Lucas.
-”Pero, ¿por qué está aquí? ” -preguntó Sofía, intrigada.
Justo en ese momento, un unicornio de crin púrpura apareció de entre los árboles.
-”Hola, pequeños aventureros,” -dijo el unicornio con una voz suave como el viento.
-”¡Hola! ¡Eres un unicornio verdadero! ” -gritaron ambos al unísono, llenos de alegría.
-”Sí, soy Arcoíris, y he venido a contarles un secreto. Este estanque es mágico; si miran en sus aguas, pueden ver sus sueños. Pero hay un giro…” -dijo el unicornio, mirándolos con seriedad.
-”¿Un giro? ¿De qué se trata? ” -preguntó Sofía, intrigada.
-”Los sueños son hermosos, pero a veces, también pueden ser un reto,” -explicó Arcoíris.
Con un giro de su cuerno, hizo que el agua del estanque brillara. Sofía y Lucas se acercaron y al mirar dentro, vieron cada uno de sus sueños: Sofía quería ser astronauta y Lucas soñaba con ser un gran explorador.
-”¡Es increíble! Pero... ¿cómo podemos hacerlo realidad? ” -preguntó Lucas, un poco desanimado.
-”Con valentía, perseverancia y amistad, podrán alcanzar sus sueños. Pero primero, cada uno deberá superar un pequeño obstáculo,” -respondió Arcoíris.
Ambos amigos se miraron con determinación.
-”¿Qué tipo de obstáculos? ” -inquirió Sofía.
-”Tendrán que encontrar tres estrellas que se han perdido en el bosque. Cada estrella representa un valor importante: la valentía, la generosidad y la paciencia,” -dijo el unicornio.
Sofía y Lucas sabían que debía ser un reto, pero estaban listos. Con un brillo en sus ojos, comenzaron su búsqueda.
Primero, buscaron la estrella de la valentía. Era la más difícil de encontrar, pero decidieron cruzar un puente que parecía un poco frágil.
-”¿Estás seguro de que podemos cruzar? ” -preguntó Sofía, sintiendo un nudo en el estómago.
-”Sí, ¡somos valientes! ” -respondió Lucas, apretando el puño. Juntos, cruzaron despacio pero con firmeza, sintiéndose cada vez más seguros.
Al llegar al otro lado, encontraron la primera estrella brillando en el suelo.
-”¡Lo logramos! ” -gritaron, llenos de alegría.
Luego continuaron hasta encontrar la estrella de la generosidad. Estaba escondida detrás de un arbusto lleno de flores, pero para alcanzarla, debían ayudar a un pequeño pajarito que no podía volar.
-”¿Qué haremos, Sofía? ” -preguntó Lucas.
-”¡Ayudémoslo! Eso es lo correcto,” -respondió ella.
Juntos, hicieron un pequeño nido y cuidaron del pajarito hasta que pudo volar de nuevo. Entonces, la estrella de la generosidad apareció al lado de ellos.
-”¡Eres muy generosa! ” -dijo el unicornio, admirándolos.
Por último, tenían que encontrar la estrella de la paciencia. Se habían cansado y el sol comenzaba a ocultarse.
-”Quizás debamos rendirnos, ya no puedo más,” -sequejaba Lucas.
-”No! Tenemos que ser pacientes. Tal vez la estrella nos está esperando,” -dijo Sofía, respirando hondo.
Así que se sentaron a descansar junto al estanque, observando el arroyo que dibujaba caminos de luz. Después de un rato, vieron que la estrella de la paciencia flotaba delicadamente en el agua, esperando ser recogida.
-”¡Lo hicimos! Valió la pena esperar,” -gritó Lucas emocionado.
Con las tres estrellas en mano, volvieron con Arcoíris.
-”¡Felicidades, pequeños! Han demostrado que son valientes, generosos y pacientes. Y ahora con esta sabiduría, pueden seguir sus sueños,” -dijo el unicornio, riendo con alegría.
Sofía y Lucas prometieron siempre recordar las lecciones del bosque.
-”Gracias, Arcoíris. ¡Nunca olvidaremos esto! ” -dijo Sofía.
-”Siempre que miren hacia el cielo y vean un arcoíris, recuerden que los sueños son posibles,” -concluyó el unicornio mientras desaparecía entre los árboles.
Desde ese día, cada vez que Sofía y Lucas veían un arcoíris en el cielo, sonreían y recordaban su mágica aventura en el bosque, listos para perseguir sus sueños con valentía, generosidad y paciencia.
FIN.