El misterio del fantasma en la escuela



Había una vez en un barrio tranquilo, una chica llamada Martina. Martina era tímida, estudiosa y responsable. Vivía en una linda casa con su familia y asistía a una escuela pública. A pesar de ser muy inteligente, Martina tenía problemas para relacionarse con sus compañeros en la escuela. Siempre se sentía un poco sola a pesar de tener algunos amigos divertidos. Además, Martina estaba secretamente enamorada de Lucas, un chico apuesto y deportista del colegio. Un día, algo misterioso sucedió en la escuela. Un rumor comenzó a esparcirse entre los estudiantes: un fantasma rondaba los pasillos por la noche. Al principio, Martina no creyó en esas tonterías, pero cuando empezaron a desaparecer cosas y a escucharse extraños ruidos, la intriga la llevó a investigar.

Una tarde, Martina se encontraba en la biblioteca estudiando para un examen cuando su amigo Juan la llamó desde la mesa vecina. -Martina, ¿has escuchado sobre el fantasma que aparece en la escuela? ¡Dicen que ha asustado al conserje hasta hacerlo renunciar! -dijo Juan con emoción. -No creo en esas tonterías, Juan. Debe de haber una explicación lógica para todo eso -respondió Martina tratando de sonar segura, aunque en realidad sentía un escalofrío recorriendo su espalda.

Esa noche, Martina decidió quedarse en la escuela para resolver el misterio. Mientras merodeaba por los pasillos, escuchó un ruido en el salón de música. Al acercarse, vio una figura translúcida que parecía flotar en el aire. Martina retrocedió asustada, pero la figura no parecía querer hacerle daño. -¿Quién eres? -preguntó Martina con voz temblorosa. -Soy el espíritu de María, una estudiante que solía venir a la escuela hace muchos años. Me gusta observar a los estudiantes y recordar viejos tiempos -respondió el fantasma con tristeza. Sorprendida, Martina se acercó con cautela y entabló una conversación con el fantasma. Descubrió que María también había sido tímida y observadora, al igual que ella, y que había tenido dificultades para hacer amigos en su época.

Después de esa noche, Martina visitaba al espíritu de María con frecuencia. Le contaba sobre sus problemas en la escuela y su amor por Lucas. Con el tiempo, María se convirtió en su confidente y consejera. Le dio valiosos consejos para relacionarse con sus compañeros y ganar confianza en sí misma. Finalmente, Martina puso en práctica todo lo que aprendió, y poco a poco comenzó a sentirse más segura y a hacer amigos. Incluso logró acercarse a Lucas y entablar una conversación con él.

Un día, Martina se despidió de María, agradeciéndole por toda la ayuda que le había brindado. El espíritu sonrió con amor y desapareció lentamente. Desde entonces, Martina siguió siendo tímida y estudiosa, pero aprendió a valorarse a sí misma y a no tener miedo de relacionarse con los demás. Además, logró conquistar el corazón de Lucas, quien la admiraba por su inteligencia y determinación. Y aunque aquel capítulo con el fantasma quedó en el pasado, Martina siempre recordaría a María como su guía en momentos difíciles.

FIN.

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