El misterio del faro embrujado



En un pequeño pueblo costero, se encontraba un antiguo faro que todos decían estar embrujado. Los niños del pueblo, curiosos y valientes, decidieron investigar este misterio. Laura, Pedro y Sofía eran los más intrépidos del grupo.

Un día, al caer la noche, se aventuraron hacia el oscuro faro. Al acercarse, sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos. Al llegar a la puerta del faro, un fantasma apareció repentinamente. "¡No entren! Este lugar está embrujado", les advirtió el fantasma con voz temblorosa.

"¿Quién eres?", preguntó Pedro con valentía. El fantasma les contó la historia de cómo, hace muchos años, un farero se enamoró de una sirena que vivía en el mar.

Sin embargo, su amor estaba condenado, ya que pertenecían a mundos diferentes. El farero, atormentado por su amor imposible, murió en el faro y su espíritu quedó atrapado en él. Conmovidos por la triste historia, los niños decidieron ayudar al fantasma a encontrar la paz.

Descubrieron que el faro necesitaba ser reparado y limpiado. Con esfuerzo y trabajo en equipo, lograron devolverle su esplendor. El fantasma, finalmente, encontró la paz y desapareció.

El faro dejó de estar embrujado, y desde entonces, se convirtió en un lugar lleno de amor y esperanza para el pueblo. Los niños aprendieron que, a veces, detrás de la oscuridad y el miedo, se esconden historias de amor y la oportunidad de hacer el bien.

FIN.

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