El misterio del faro encantado



En un pequeño pueblo costero, vivían dos hermanos llamados Martina y Lucas. Siempre habían escuchado historias sobre el viejo faro abandonado en lo alto de un acantilado, contadas por los vecinos más ancianos.

Un día, Martina y Lucas decidieron explorar el faro. A medida que se acercaban, sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos. Era una sensación extraña, pero no podían retroceder.

Al llegar al faro, encontraron una puerta entreabierta. Un ruido misterioso provenía del interior. Decidieron entrar.

Dentro, descubrieron que el faro estaba habitado por el anciano Sr. Sánchez, quien llevaba años viviendo allí. Les contó que el faro estaba embrujado y que extrañas luces se encendían y apagaban en la torre todas las noches. Los hermanos estaban asombrados, pero también emocionados por la idea de resolver el misterio.

"Pero no deberían estar aquí, es peligroso", advirtió el Sr. Sánchez. "No se preocupen, lo descubriremos", respondió Martina decidida.

Juntos, empezaron a investigar, recopilando pistas y descifrando acertijos. Cada noche, se reunían en el faro para observar las luces misteriosas. Hasta que una noche, vieron algo sorprendente: sombras de personas bailando en la torre. Estaban desconcertados, pero no se dieron por vencidos.

Con valentía, Martina, Lucas y el Sr. Sánchez se dispusieron a seguir las sombras hasta lo alto del faro. Descubrieron que las luces y las sombras eran proyectadas por un viejo dispositivo mecánico. Había sido instalado hace mucho tiempo para asustar a los barcos y evitar que se acercaran al acantilado.

Al resolver el misterio, el faro dejó de ser un lugar de terror y se convirtió en un símbolo de valentía y perseverancia. Los hermanos habían mostrado que enfrentar los miedos con coraje y determinación puede revelar la verdad detrás de las apariencias.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!