El misterio del goteo nocturno


Había una vez una niña llamada Sofía que vivía en una pequeña casa con su fiel compañero, un perro llamado Rocky.

Todas las noches, antes de dormir, Sofía dejaba su mano colgando de la cama y Rocky siempre se encargaba de darle unas cuantas lamidas antes de acostarse cada uno en su lugar. Una noche, mientras Sofía dormía placenteramente con la mano colgando y Rocky debajo de la cama, un ruido constante la despertó.

Era un goteo que resonaba por toda la habitación. Sofía se sobresaltó y miró a su alrededor tratando de identificar de dónde provenía ese sonido misterioso. "Rocky, ¿escuchas eso?", preguntó Sofía preocupada.

Rocky movió la cola como respuesta y salió rápidamente debajo de la cama para investigar junto a Sofía. Buscaron por todas partes, pero no lograban descubrir el origen del goteo. "¿Qué será ese ruido? No me deja dormir", dijo Sofía con cara de intriga.

De repente, Rocky comenzó a lamerle la mano a Sofía con más insistencia que nunca. Parecía querer decirle algo importante. Sofía lo miró sorprendida y notó que sus ojos brillaban como nunca antes.

"¿Qué pasa, Rocky? ¿Quieres decirme algo?", preguntó sofia acariciando a su leal amigo. El perro continuaba lamiendo su mano y luego corrió hacia la puerta de entrada. Sofia decidió seguirlo y juntos llegaron al baño.

Fue entonces cuando descubrieron que el ruido venia del grifo del lavamanos que estaba mal cerrado y desperdiciaba agua sin parar. "¡Oh! ¡Gracias, Rocky! Eres un genio", exclamó Sofia emocionada al ver lo que sucedía.

Sofia cerró bien el grifo y volvió a la cama junto a Rocky, quien se acurrucó feliz sabiendo que había ayudado a resolver el misterio del goteo nocturno.

Desde esa noche, Sofia aprendió dos cosas muy importantes: primero, siempre hay soluciones simples para los problemas si prestamos atención a las pistas; segundo, contar con un amigo fiel como Rocky hace todo mucho más fácil y divertido. Y así fue como esta aventura nocturna fortaleció aún más el vínculo entre Sofia y su valiente perro Rocky.

Juntos demostraron que los verdaderos amigos siempre están ahí para cuidarse mutuamente en todo momento.

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