El misterio del grillo de la buena suerte


En la escuela primaria San Martín, un grupo de amigos del tercer grado, conformado por Martín, Sofía, Tomás y Valentina, disfrutaban del recreo en el patio. Mientras jugaban, escucharon un sonido peculiar que provenía del jardín.

Al acercarse, descubrieron un hermoso grillo de color verde brillante. Martín, el más curioso del grupo, recordó haber escuchado que los grillos eran considerados como símbolos de buena suerte.

Emocionados, decidieron construirle un pequeño hogar en una caja con hojas y ramitas, prometiendo cuidarlo y protegerlo. "¡Vamos a llamarlo 'Chirlerito', en honor a su lindo chirrido!" exclamó Valentina. Durante los días siguientes, los amigos notaron algo extraordinario: cada vez que estaban cerca de 'Chirlerito', su suerte mejoraba.

Valentina ganó el concurso de dibujo, mientras que Tomás destacó en una carrera. Pronto, la noticia del grillo de la buena suerte se extendió por la escuela, y todos querían conocerlo. Sin embargo, un día, 'Chirlerito' desapareció misteriosamente.

Los niños se sintieron desanimados, pero recordaron que la suerte no dependía de un grillo, sino de su actitud y esfuerzo. Decidieron buscar a 'Chirlerito' por toda la escuela, preguntando a los conserjes y maestros. Finalmente, lo encontraron en el jardín, atrapado en una telaraña.

Con cautela, lo liberaron y prometieron protegerlo. Desde aquel día, los niños entendieron que la verdadera buena suerte viene del cuidado, la amistad y la valentía, y 'Chirlerito' siguió siendo su símbolo de perseverancia y alegría en la escuela San Martín.

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