El misterio del huarango y el muki travieso
En una pequeña comunidad en el corazón del noroeste argentino, vivía una chamana llamada Killa. A diferencia de otras brujas, Killa no podía volar en su escoba, pero poseía un gran conocimiento de las plantas y la naturaleza. Un día, mientras paseaba por el bosque de huarangos y algarrobos, se dio cuenta de que uno de los árboles estaba enfermo. Decidió investigar y descubrió que el travieso muki de la región, llamado Tarcun, estaba causando estragos en el bosque. El pequeño duende había estado robando frutos y semillas de los árboles, incluyendo al huarango enfermo.
Killa sabía que tenía que detener al muki antes de que causara más daño, así que buscó la ayuda de sus amigos. Encontró a Pachi, el cuy ladrón conocido por su astucia, y juntos idearon un plan para atrapar a Tarcun. Mientras tanto, un imponente cóndor llamado Inti, que también había sido víctima de las travesuras del muki, se unió a la misión.
Con habilidad y paciencia, Killa, Pachi y el cóndor prepararon una trampa para el muki. Utilizaron las semillas de algarrobo y huarango como cebo, y esperaron a que Tarcun cayera en la trampa. Cuando el muki ladrón finalmente fue capturado, Killa lo miró con compasión y le explicó el daño que estaba causando a la naturaleza. Tarcun, avergonzado y arrepentido, prometió enmendar sus errores y ayudar a cuidar del bosque.
Con el muki convertido en amigo en lugar de enemigo, el bosque volvió a florecer. Killa, Pachi, Inti y Tarcun trabajaron juntos para proteger la naturaleza, recordando siempre que la unión y la colaboración son fundamentales para preservar el equilibrio del bosque. Desde ese día, la comunidad creció en armonía, protegiendo su amado bosque de huarangos y algarrobos para las generaciones venideras.
FIN.